Cómo los síntomas son soluciones
Cuando mi hija tenía once años y yo estaba en la treintena, aprendí algo, por las malas, que ha resultado útil tanto en mi vida como en mi trabajo con pacientes. Sucede así. Mi hija, en la cúspide de la adolescencia, ya es más alta que mis cinco pies cuatro. Sombras de Alicia en el […]