Inmortalidad

Extracto de un libro publicado recientemente:

Mario Garrett
Fuente: Mario Garrett

La supervivencia es nuestra ambición final como especie y la única forma de sobrevivir es garantizar que encajamos bien en nuestro entorno. Hay dos formas de sobrevivir como especie. Uno es producir una enorme cantidad de descendientes y esperar que unos pocos sobrevivan lo suficiente como para transmitir sus genes. Otro enfoque, uno que los humanos están siguiendo, implica tener unos pocos hijos a los que alimentamos durante más de 18 años. La nutrición es un componente importante e integral de nuestra estrategia de supervivencia. Nutrir implica tener cosas para enseñar y vivir lo suficiente para poder enseñarlas. Esto implica tener un cerebro más grande y una vida más larga, y los dos van de la mano. El envejecimiento no es un basurero de la genética, sino una parte integral de nuestra estrategia para sobrevivir como especie. Con el envejecimiento también viene la oportunidad de aprender sobre el medio ambiente. Aprendemos en términos de nuestras habilidades y también a través de nuestra biología. A medida que envejecemos recogemos nuevo material genético, modificamos los genes existentes y los afinamos antes de transmitir nuestros genes a nuestros hijos. Nuestras vidas están dedicadas a este objetivo, excepto que ignoramos este hecho por una buena razón. Creamos un modelo de realidad en nuestro cerebro. Para que podamos participar en el mundo, tenemos que ser el centro y tenemos que creer que somos únicos y tenemos libre albedrío. Nuestra impresión de la realidad, dictada por tener un mundo que es justo, justo y constante, también requiere que no pensemos en nuestra propia muerte o que nuestro modelo del mundo se vuelva insostenible. Aquí es donde entra nuestra creencia en la inmortalidad. Queremos que las cosas permanezcan constantes para que podamos retener un cierto nivel de control. Anticipar nuestra muerte destruye la impresión de que el mundo es ordenado y justo. Pero hay un problema con esta realidad inventada: finalmente envejecemos, somos frágiles y morimos. Apuntamos al envejecimiento como el culpable. El envejecimiento es el problema que debemos resolver en lugar de una estrategia de supervivencia.
Pero si entendemos el envejecimiento, entenderemos los trucos de nuestra psicología. Al observar la biología ecológica, la genética, la biología y la antropología, podemos comprender cómo el envejecimiento se produjo como un atributo positivo. Con el envejecimiento vino una nueva dimensión del desarrollo humano. Se está reproduciendo una sinfonía de por vida, que tiene un comienzo, un medio y un final. No se trata solo de modificar genética, tomar suplementos o curar el envejecimiento. Nuestro envejecimiento es una parte integral de nuestro entorno y nuestra historia. Estamos destinados a morir, tanto como sea perjudicial para el individuo, el envejecimiento y la muerte forman nuestra estrategia como especie. Nuestra salvación personal es que nos engañamos a nosotros mismos esta realidad.