Trauma y Masturbación Infantil

La masturbación es una palabra divertida. Puede hacer que se ría pensando en la primera vez que fue atrapado por sus padres o atrapó a su hermanito en el acto. Puede ser una excelente manera de liberar tensión o una forma de mantenerse satisfecho cuando no puede estar con un compañero. Para la mayoría de nosotros, es simplemente una parte de la vida y un componente de la sexualidad saludable.

Para otros, sin embargo, este comportamiento inofensivo cruza la línea en una actividad compulsiva que no es nada benigna. Algunos se vuelven tan dependientes del comportamiento que pierden horas y horas de su día, incapaces de salir de la casa. Otros se masturban hasta el punto de lesionarse.

Al elegir la masturbación sobre las relaciones íntimas, la persona puede aislarse, o terminar gastando todo su tiempo y dinero en pornografía para alimentar aún más su comportamiento compulsivo. Aún otros se vuelven adictos al punto en que se encuentran incapaces de controlar el impulso de masturbarse en lugares públicos o de otra manera inapropiados. Esto es adicción, y puede tener consecuencias tan graves y debilitantes como las drogas o el alcohol.

A menudo, cuando un niño sufre abuso o trauma (sin importar dónde puede caer en el espectro de la intensidad) no hay suficientes salidas para toda la ira, la desesperación y el dolor que resulta de la traición. Es simplemente demasiado abrumador. A veces también existen reglas explícitas o implícitas sobre el hecho de guardar silencio, sin dejar al niño a quien recurrir para mayor comodidad. El niño puede colocar las necesidades del abusador (es) o miembros de la familia disfuncionales por encima de sus propias necesidades, optando por no balancear el bote.

Estas emociones no desaparecen. Por el contrario, crean una confusión interna que exige automedicación, y sin acceso a terapia o apoyo, el niño herido puede recurrir a conductas adictivas o sustancias para controlar los sentimientos.

Por supuesto, cuando eres un niño, hay un límite en la forma en que puedes automedicarte. La masturbación es una de las formas de adormecimiento más accesibles y disponibles, ya que solo confías en tu propio cuerpo para producir sustancias químicas embriagantes que calmen el dolor. En ese sentido, es un tipo único de alta que el dinero no puede comprar. Para muchos adictos al sexo y al amor, la masturbación fue su primera droga.

Para recuperarse de la masturbación compulsiva, puede ser indispensable trabajar con un terapeuta de adicción al sexo entrenado. Aprender a identificar exactamente cómo y cuándo los estados emocionales se sexualizan es un primer paso importante.

La ansiedad, el miedo, los celos y otras emociones primarias pueden desencadenar inmediatamente la necesidad de complacerse a uno mismo, a menudo tan rápidamente que el adicto no tiene tiempo para establecer la conexión entre el factor estresante y su reacción. Eventualmente, sin embargo, la persona puede aprender a auto-calmarse de muchas maneras diferentes, en lugar de confiar en el mecanismo de comodidad usado en exceso. Esto restaura la masturbación a su lugar apropiado entre los comportamientos humanos saludables.

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