7 maneras de ser más amable contigo mismo

Juta/Shutterstock
Fuente: Juta / Shutterstock

Las conversaciones privadas que tiene consigo mismo pueden ser un poderoso trampolín o un gran obstáculo para alcanzar sus objetivos. Si su monólogo interno repite cosas como "me avergonzaré" o "nadie va a hablar conmigo", mientras lo lleva a una reunión social, probablemente no parezca relajado y accesible. O, si está pensando: "Nunca conseguiré este trabajo", en medio de una entrevista, tendrá dificultades para presentarse con confianza. A menudo, esas predicciones negativas pueden convertirse rápidamente en una profecía autocumplida.

Tus pensamientos influyen enormemente en cómo te sientes y cómo te comportas, por eso el diálogo interno negativo puede ser francamente autodestructivo. Decirse a sí mismo que nunca tendrá éxito, o que no es tan bueno como los demás, reducirá sus sentimientos de autoestima y le impedirá enfrentar sus miedos. Constantemente menospreciarte y castigarte hace que sea imposible ser mentalmente fuerte.

Si tiendes a ser demasiado crítico contigo mismo, no estás solo: la mayoría de las personas experimenta dudas y reflexiones severas en uno u otro momento. Afortunadamente, no tienes que ser una víctima de tu propio abuso verbal. En su lugar, tome medidas para abordar proactivamente los pensamientos negativos y lanzar un diálogo más productivo consigo mismo.

Aquí hay siete maneras de domesticar a su crítico interior:

1. Desarrolla una conciencia de tus pensamientos. Estamos tan acostumbrados a escuchar nuestras propias narraciones que es fácil olvidarse de los mensajes que nos enviamos a nosotros mismos. Presta atención a lo que estás pensando y reconoce que solo porque piensas algo, no significa que sea verdad . Nuestros pensamientos a menudo son exagerados, tendenciosos y desproporcionados.

2. Deja de rumiar. Cuando comete un error o ha tenido un mal día, puede sentirse tentado a repetir los eventos una y otra vez en su cabeza. Pero repetidamente recordarse a sí mismo de algo embarazoso que hizo, o algo cuestionable que dijo, solo lo hará sentir peor, y no resolverá el problema. Cuando te encuentres rumiando, y no resolviendo problemas, no pierdas el tiempo diciéndote a ti mismo: " No pienses en eso ". Mientras más trates de evitar pensar en algo, más probable es que te centres en él. En su lugar, distraerse con una actividad-salir a caminar, organizar su escritorio o hablar sobre un tema completamente diferente-y detener los pensamientos críticos antes de que se salgan de control.

3. Pregúntate qué consejo le darías a un amigo. Si un amigo expresó sentimientos de duda, es poco probable que diga: "Nunca se puede hacer bien nada" o "Eres tan estúpido". A nadie le gustas. "Espero que ofrezcas palabras compasivas de aliento, como:" Cometiste un error, pero no es el fin del mundo ", o" Es poco probable que el rendimiento de hoy realmente te despida ". Trátete como amablemente como tratarías a un amigo, y aplica esas palabras de aliento a tu vida.

4. Examina la evidencia. Aprenda a reconocer cuándo sus pensamientos críticos son exageradamente negativos. Si piensa: "Nunca voy a poder dejar mi trabajo y dirigir mi propio negocio", examine la evidencia que respalda y refuta esta predicción. A veces es útil anotarlo. Dibuja una línea en el medio de un pedazo de papel. Por un lado, liste toda la evidencia que respalde su pensamiento. Por otro lado, escriba toda la evidencia en contra. Ver las pruebas en ambos lados del argumento puede ayudarlo a ver una situación de manera más racional y menos emocional.

5. Reemplace pensamientos excesivamente críticos con declaraciones más precisas. Convierta un pensamiento excesivamente pesimista en una declaración más racional y realista. Cuando te encuentres pensando "nunca hago nada bien", reemplázalo con una afirmación equilibrada como "a veces hago las cosas muy bien ya veces no". Cada vez que te encuentres pensando en un pensamiento exageradamente negativo, responde con la declaración más precisa.

6. Considera lo malo que sería si tus pensamientos fueran verdaderos. A veces es tentador imaginar un percance que se convierta en una catástrofe completa. Pero a menudo, el peor de los casos realmente no es tan malo como podríamos imaginar. Por ejemplo, si predice que se avergonzará cuando haga una presentación, pregúntese qué tan malo sería realmente. Si se avergonzó, ¿podría recuperarse o pensar que terminaría con su carrera? Recordarse a sí mismo que puede manejar tiempos difíciles o problemas aumenta su confianza y disminuye el aluvión constante de pensamientos preocupantes.

7. Equilibrar la aceptación con la superación personal. Hay una diferencia entre siempre decirte a ti mismo que no eres lo suficientemente bueno y recordarte a ti mismo que puedes esforzarte para mejorar. Acepte sus fallas por lo que son hoy, pero renuncie para trabajar en los asuntos que desea abordar. Aunque suene contradictorio, puede hacer ambas cosas al mismo tiempo. Puede aceptar que experimenta ansiedad en situaciones sociales, al mismo tiempo que toma la decisión de sentirse más cómodo hablando en público. Aceptar sus debilidades por lo que son hoy no significa que deba permanecer de esa manera. Reconozca que tiene fallas, pero determine continuar siendo un trabajo en progreso mientras se esfuerza por mejorar.

El poder de su diálogo interno

Si bien su crítico interno puede ayudarlo a reconocer las áreas en las que desea mejorar, una autoconversación negativa demasiado dura hará que su rendimiento sufra y reducirá las posibilidades de alcanzar sus objetivos. Practique domando a su crítico interno y silenciando la negatividad para que pueda entrenarse de una manera productiva y útil. Aprender a tener conversaciones productivas contigo mismo es una de las mejores maneras de desarrollar fortaleza mental.

Amy Morin es psicoterapeuta y autora de 13 Things Mentally Strong People Do not Do.