8 Errores comunes de proyección en la toma de decisiones

La mayoría de las decisiones que tomamos en situaciones cotidianas nos exigen predecir nuestros sentimientos futuros (o preferencias). Los sentimientos predichos influyen en nuestra motivación y elección. Por ejemplo, si anticipa estar de mal humor durante las próximas horas, puede evitar una oportunidad ventajosa, como ir a una fiesta. Sin embargo, la investigación en economía del comportamiento sugiere que nuestras predicciones no siempre son exactamente exactas. Las predicciones erróneas pueden explicarse bien por el sesgo de proyección.

El sesgo de proyección ocurre cuando las personas se comportan como si sus preferencias futuras fueran más parecidas a sus preferencias actuales. Mirar de un estado emocional a otro es difícil. Tendemos a quedar atrapados en el presente y actuar como si nuestras preferencias futuras fueran más parecidas a nuestras preferencias actuales de lo que realmente serán. El sesgo de proyección también se conoce como brecha de empatía (o "brecha de empatía frío-calor"). La brecha de empatía es la incapacidad, durante un momento pacífico, fresco y racional, de apreciar cómo nos comportaremos durante la tentación (o "calor del momento").

Aquí hay 8 ejemplos de situaciones en las que el sesgo de proyección tiende a influir en nuestras decisiones.

1. Predecir el hambre: nuestro estado de apetito actual tiene un efecto significativo en nuestras elecciones de alimentos en el futuro (por ejemplo, pedir comida en un restaurante). Por ejemplo, las personas denuncian la comida chatarra cuando no tienen hambre o anhelan sin darse cuenta de cuánto quieren esas deliciosas galletas una vez que están cansadas y agotadas. Esta idea respalda la antigua sabiduría popular de que ir de compras con el estómago vacío lleva a la gente a comprar demasiado. Las personas que tienen hambre actúan como si su gusto futuro por la comida reflejara tal hambre.

2. Ansia: el difunto psicólogo Alan Marlatt se refirió al anhelo como olas oceánicas que se acumulan en un estado pico y luego desaparecen. Sin embargo, los adictos pueden no darse cuenta de que su deseo puede ser de corta duración. Es decir, mientras anhelan, los adictos pueden sobreestimar la duración e intensidad del deseo. Entonces, si creen que los sentimientos desagradables pasarán pronto, estarán mejor preparados para resistir. Los adictos son instruidos para planificar situaciones de alto riesgo que pueden predecir una recaída, como emociones negativas, conflictos interpersonales y pensamientos recurrentes de que el uso del medicamento los hará sentir mejor.

3. El exceso de confianza lo lleva a bajar la guardia: el sesgo de proyección lleva a las personas a sobreestimar su capacidad para resistir las tentaciones a su alrededor, lo que socava los intentos de ejercer el autocontrol. Por lo tanto, pueden sentir una mayor confianza en su capacidad para hacer frente a la tentación cuando están en un estado frío (neutral). Como consecuencia del exceso de confianza en su capacidad real para resistir la tentación, se sobreexponen a situaciones tentadoras. Por ejemplo, los fumadores que intentaban dejar de fumar y que también sentían que tenían un alto autocontrol tenían menos probabilidades de recaer cuatro meses después, debido a que no eran lo suficientemente diligentes para evitar la tentación.

4. Compras irracionales: el sesgo de proyección puede ocasionar compras imprudentes de bienes duraderos, como cintas de correr, bicicletas estáticas y otros equipos que terminan acumulando polvo. Los períodos de enfriamiento que obligan a los consumidores a reflexionar sobre sus decisiones durante varios días pueden disminuir la probabilidad de que acaben adquiriendo productos que no deberían. Como dice el refrán, "espere un momento, si todavía lo quiere más tarde, puede ser importante". Si el deseo pasa, probablemente no era tan importante.

5. Una visión desalentadora del futuro: las personas deprimidas piensan en términos de un futuro en el que los sentimientos negativos actuales continuarán o incluso empeorarán. Parecen no poder ver su estado actual como teniendo límites de tiempo o considerar la posibilidad de cualquier mejora. Además, el error de proyección podría ser dañino al servir para mantener o empeorar los síntomas de la depresión.

6. Hace falta saber uno: el sesgo de proyección también puede ocurrir interpersonalmente. Cuando una persona proyecta su sentimiento en otra persona, puede hacer que esa persona se parezca a sí mismo y proporcionar una idea de la mente de la persona. Los pensamientos perturbadores están unidos a otra persona. La proyección es un comportamiento defensivo que nos protege al unir sentimientos, deseos e impulsos inaceptables a otra persona. Este acto de proyección es una distracción que permite ignorar al verdadero culpable, el problema interno. Esta comprensión es una oportunidad para asumir la responsabilidad y desarrollar la tolerancia a los sentimientos aversivos.

7. Lo sabía todo el tiempo: el sesgo de proyección es similar al sesgo retrospectivo. Las personas proyectan su propio conocimiento actual sobre ellos mismos en el pasado. El estado actual de conocimiento contamina sus juicios sobre su propio previo. Creen equivocadamente que deben haber sabido en el pasado lo que ahora saben. Preguntan: ¿cómo no podría ver? El desafío es vivir lo suficientemente conscientes del presente y de los límites de la propia perspectiva.

8. Una vez que lo sabes, no puedes ignorarlo: el sesgo de proyección también es similar a la maldición del conocimiento. Cuando las personas saben algo, sobreestiman la probabilidad de que otras personas lo sepan también. Cuando sabemos algo, nos cuesta imaginar que no lo sabemos. Cuando sabemos algo bien, no nos damos cuenta de cuán profundamente pensamos al respecto. Como resultado, nos convertimos en pésimos comunicadores y estamos seguros de que los confundiremos. ¿Cómo podemos levantar la maldición del conocimiento? El primer paso es la conciencia. Segundo, evite el uso de jerga, abreviatura y vocabulario técnico.

En resumen, la conciencia de este sesgo debería ayudarnos a evitar ser víctimas de la anticipación errónea de nuestros propios sentimientos y corregir los errores de pensamiento. Para mejorar las decisiones, necesitamos experimentar y apreciar de alguna manera el estado emocional en el que nos encontraremos: el estado neutral y la tentación. Ampliar nuestra visión más allá del período de transición nos ayuda a tomar una mejor decisión.