Baby Blues: una búsqueda más allá de las neuronas

El milagro del nacimiento es una de las alegrías más grandes de la vida, pero, paradójicamente, muchas mujeres sufren una depresión grave después de dar a luz a su nuevo bebé. Sorprendentemente, una de cada siete mujeres sufrirá depresión posparto, por lo que es la complicación médica más común en el momento del nacimiento. El "baby blues" puede convertirse en una enfermedad grave, con consecuencias trágicas como el abandono infantil, el infanticidio o el suicidio.

La causa de la depresión posparto es desconocida. Las teorías varían desde reacciones a oscilaciones hormonales después del nacimiento hasta presiones psicológicas estresantes de adaptación a una nueva vida. La responsabilidad adicional de cuidar a un nuevo hijo forzará cambios en el estilo de vida, afectará la carrera, remodelará las relaciones familiares y afectará las finanzas. Estas son presiones comprensibles que podrían desencadenar la depresión, pero parece haber pocas dudas de que también hay una base biológica para esta enfermedad. Lo que ese mecanismo biológico podría ser ha sido difícil de alcanzar. Un nuevo estudio que investiga muestras de sangre tomadas de mujeres diagnosticadas con depresión posparto proporciona una visión largamente esperada de la causa biológica de esta enigmática enfermedad, y un giro sorprendente: los hallazgos no tienen nada que ver con las neuronas.

Al igual que con la mayoría de las enfermedades psiquiátricas, no existe un examen de sangre equivalente para diagnosticar la depresión posparto o ayudar a tratarla. Los médicos no pueden realizar una prueba de laboratorio para identificar qué nueva madre corre el riesgo de sufrir depresión posparto, y cuando una mujer sufre depresión, los médicos deben conformarse con controlar los síntomas de su enfermedad en lugar de atacar su causa raíz.

En un estudio que acaba de publicarse en la revista Molecular Psychiatry , científicos de la Universidad Hadassah-Hebrew de Jerusalén examinaron los glóbulos blancos de las madres primerizas para determinar qué genes se estaban activando o inactivando. Descubrieron que los genes diferentes se activaron en los glóbulos blancos de las madres con depresión posparto en comparación con las células sanguíneas de las nuevas madres sanas. En las madres con depresión, una gran categoría de genes que controlan la generación de nuevas células fue suprimida junto con los genes que estimulan la respuesta inmune que protege nuestro cuerpo de la infección. Además, encontraron que este análisis genético podría predecir la gravedad de su enfermedad y su pronóstico. Los hallazgos mueven la búsqueda de orígenes de enfermedades psiquiátricas más allá de las neuronas, para incluir células cerebrales no neuronales, llamadas glia, y para las células del sistema inmune.

Los hallazgos plantean una serie de preguntas desconcertantes. ¿Los cambios en los genes en los glóbulos blancos son la causa o el resultado de la enfermedad? En segundo lugar, los glóbulos blancos no ingresan en el tejido cerebral (a menos que esté dañado), entonces, ¿cómo podría el sistema inmunológico alterar las redes neuronales que controlan el estado de ánimo y la motivación?

Curiosamente, el patrón distintivo de los genes que se activan e inactivan en las madres con depresión posparto coincide estrechamente con el perfil genético encontrado en las personas que sufren trastorno de estrés postraumático, apuntando a la supresión de la división celular y la respuesta inmune en ambas enfermedades mentales. Las imágenes del cerebro humano y el análisis microscópico del tejido cerebral tomado en la autopsia han confirmado que, de hecho, la proliferación y la supervivencia de ciertas células cerebrales se ve afectada en las personas que sufren depresión, y se encuentran resultados similares en estudios con animales. Esta nueva investigación sobre la base biológica de las enfermedades psiquiátricas muestra que el estrés y la depresión reducen la cantidad de tejido cerebral en las áreas críticas necesarias para el pensamiento y el estado de ánimo. Una de las sorpresas más recientes de esta línea de investigación es el descubrimiento de que los medicamentos antidepresivos utilizados para tratar la depresión estimulan el nacimiento de nuevas células cerebrales.

La pérdida de neuronas ahora se ve como una característica subyacente de la depresión. La mayoría de las células en el cerebro no son neuronas, sino que son células llamadas glia, que se han pasado por alto en gran parte porque no generan impulsos eléctricos. Sin embargo, investigaciones recientes muestran que las neuronas nuevas nacen no de otras neuronas, sino de células gliales inmaduras. Una vez que las neuronas maduran, ya no pueden dividirse para generar nuevas neuronas. Por lo tanto, la glía está implicada en la causa de la depresión y en tratamientos efectivos para ella.

Los cambios en los glóbulos blancos sugieren que los efectos sistémicos en todo el cuerpo están contribuyendo a la depresión, pero en el interior del cerebro los glóbulos blancos están ausentes porque no pueden escapar de la sangre. En cambio, un tipo diferente de célula glial, llamada microglia, defiende el tejido cerebral de la infección tal como lo hacen nuestros glóbulos blancos en nuestro cuerpo. Microglia ataca a los organismos invasores de forma muy parecida a los glóbulos blancos.

Una de las principales señales químicas que coordinan una respuesta celular a la infección se llaman citoquinas. Los genes para varias citocinas se suprimieron en mujeres con depresión posparto. Los glóbulos blancos liberan citoquinas en la sangre, pero la microglia libera citoquinas en el tejido cerebral. Las citocinas tienen efectos poderosos sobre la excitabilidad de las neuronas y regulan la división celular y el desarrollo celular. Investigaciones recientes, por ejemplo, han demostrado que las citoquinas liberadas por la microglia contribuyen al dolor crónico y la adicción a las drogas opiáceas. (Consulte http://www.scientificamerican.com/article.cfm?id=new-culprits-in-chronic-pain).

La depresión posparto puede desencadenarse en parte por los estreses emocionales y las responsabilidades que enfrenta una nueva madre, pero estos nuevos estudios muestran que realmente existe una base biológica real para la enfermedad. A medida que los científicos amplían su búsqueda más allá de las neuronas, se está descubriendo que las células no neuronales tienen papeles críticos en la función cerebral normal, la enfermedad e incluso las enfermedades psiquiátricas que durante mucho tiempo han sido difíciles de explicar.

Segman, RH et al., (2010) expresión de genes de células mononucleares de sangre de la depresión posparto. Psiquiatría Molecular 15, 93-100.

Foto cortesía de PDPhoto.org

Para más información sobre glia ver: http://theotherbrainbook.com