Cuidado 101

¿Alguna vez te has preguntado a ti mismo, "cómo voy a salir de esto?" Cuando a mi esposo le diagnosticaron Alzheimer, ciertamente me lo pregunté sobre todo porque mi madre también había sufrido esta enfermedad. Mi pasión por el tema me llevó a escribir mi libro y ahora este blog.

Aquí está la pregunta clave: ¿cómo podemos apoyarnos e inspirarnos cuando enfrentamos los desgarros de la demencia? Permítanme compartir con ustedes tres "tesoros de sabiduría": cómo mencioné las estrategias que me ayudaron a manejar los desafíos del Himalaya en la enfermedad de Alzheimer.

Cultivar la aceptación Sabemos que algunas personas pueden ser abiertas acerca de su diagnóstico, mientras que otros nunca lo mencionan. Debemos respetar la forma en que el paciente la trate. Sin embargo, para nosotros, como cuidadores, es importante reconocer que cuando nos resistimos a la realidad de una situación, sufrimos y hacemos las cosas más difíciles. Ahí es donde entra la aceptación del cultivo. A veces, en situaciones difíciles, respiro lenta y calmadamente, y luego repito la palabra "aceptación" en silencio. Intentalo. Ayuda.

Independientemente de la etapa de la enfermedad, haga todo lo posible para relacionarse con la persona tal como es, no con el diagnóstico de la enfermedad de Alzheimer. Si bien debemos ser realistas, en nuestra sociedad de orientación médica, el peso de un diagnóstico puede distorsionar la realidad de la situación. Es demasiado fácil para familiares y amigos ver al paciente más en términos de sus síntomas que por quiénes son todavía. Puede terminar relacionándose más con sus ideas preconcebidas que con la realidad frente a usted. Es como ver a la persona a través de una lente nublada en lugar de verla abierta y con claridad.

Recuerde: no importa qué tan disminuida esté la mente del paciente, siempre están ahí de alguna manera: una persona que todavía anhela ser tratada con compasión, aceptación y amor, incluso si no hay palabras para expresarlo.

Busca lo que es positivo en tu situación. A veces son las cosas más pequeñas, como la ternura de tomarse de las manos, la risa por algún evento inesperado, la luz del sol entrando a la habitación o las sonrisas de un amigo o un nieto. Mi esposo Hob y yo no queríamos que la realidad de la demencia cada vez más profunda nos superara, así que discutimos cómo vivir "consciente y amorosamente" con lo que estaba por venir. Debido a que era abierto acerca de su enfermedad, hablamos de ello de vez en cuando. Incluso le pedí lo que llamamos sus "informes del interior" sobre lo que estaba experimentando. En cuanto a "amorosamente", sabía que el amor de todos, la familia, los amigos y los nuestros, nos ayudaría. Vea qué palabras de aliento podrían consolarlo o inspirarlo. En estas publicaciones, continuaré compartiendo lo que más nos ayudó e inspiró.