Los palitos y las piedras pueden romper nuestros huesos, pero Som

Uno de los hallazgos más consistentes en el estudio del comportamiento humano es este: cuanto más valoran las personas la búsqueda de riqueza material y la acumulación de posesiones materiales, menos felices están. No es que más es menos; más bien, valorar habitualmente "tener" más que "hacer" conduce a una serie de resultados negativos. Mantenerse al día con los Jones es muy caro e insatisfactorio. Cuando la vida se trata de tener las cosas más cool, otras personas se convierten en competidores en lugar de compadres. Es un ciclo vicioso, costoso e imposible de ganar.

Incluso las personas más orientadas a la realización de tareas son a veces (quizás a menudo) susceptibles a los impulsos materialistas. La fuente de estos impulsos es a menudo tan sutil que no podemos percibirlo. En su estudio, Monika Bauer, James Wilkie, Jung Kim y Galen Bodenhausen de la Universidad Northwestern pidieron a los participantes que imaginen que eran una de las cuatro personas que comparten una fuente de agua común. Sin embargo, ha habido una sequía y ahora hay una escasez de agua. Algunos participantes leyeron que las cuatro personas eran "consumidores" mientras que otros participantes leían que las cuatro personas eran "individuos". Luego se les pidió a los participantes (1) que calificaran la responsabilidad de su propio personaje en el escenario por la escasez de agua, (2) si vieron a otros en el escenario como socios o competidores en la solución del problema de escasez de agua, y (3) qué tan obligados estaban de ser parte de la solución.

Los investigadores encontraron que los participantes en la condición de "consumidores" se consideraban menos responsables, veían a los otros miembros del grupo como competidores y estaban menos dispuestos a ser parte de la solución que los participantes en la condición de "individuos". En otras palabras, simplemente al referirse a las personas como "consumidores" en lugar de "individuos" hace que los participantes sean menos generosos, acepten menos responsabilidades y vean a los demás como competidores en lugar de aliados.

Estamos constantemente bombardeados con mensajes que nos impulsan a pensar como "consumidores" en lugar de como personas. Este sutil "cebado" ocurre todo el tiempo, y ese estudio demostró que fomentar una mentalidad de consumidor tiene consecuencias reales y desafortunadas en nuestra forma de pensar y comportarnos. Si bien ninguno de nosotros es totalmente inmune, la buena noticia es que ser consciente de cómo se está preparando a menudo es suficiente para eliminar el efecto de mensajería.

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El artículo al que se hace referencia más arriba se llama "Cuir consumismo: el materialismo situacional socava el bienestar personal y social" y se publicará en un próximo número de la revista Psychological Science .

Esta publicación del blog fue escrita por Kerry Cunningham, una estudiante de posgrado en el Laboratorio de Personalidad y Bienestar de la Universidad Estatal de San Francisco.