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¿Por qué los expertos recomiendan hablar después de una crisis, independientemente de si es pequeña, grande, personal o nacional? Porque es una de nuestras capacidades terapéuticas naturales integradas. Usamos nuestras palabras para expresar lo que queremos y necesitamos, y lo mismo debe ser para nuestros sentimientos. Por ejemplo, cuando somos pequeños, usamos nuestras palabras para decirles a nuestros padres si algo anda mal, para que puedan ayudarnos a consolarnos y corregirlo. Esto no cambia cuando somos adultos. Hablar nos puede ayudar de muchas maneras, especialmente si nuestro trauma o problema es continuo, inesperado o no tiene una respuesta fácil.
Razones para hablar
Si necesita hablar, busque y encuentre a alguien que lo escuche. Sin embargo, ningún oyente lo hará. Esto es especialmente cierto si su estrés es continuo, inesperado y no tiene una respuesta fácil, como una pérdida emocional por un aborto espontáneo, un problema relacionado con el trabajo, una crisis de amistad o un problema de salud, como un diagnóstico de infertilidad.
Consejos para elegir un oyente
Si no está listo para hablar o tal vez ha agotado el tema por un día, una semana o un mes y su oyente sigue planteando el tema o pidiendo actualizaciones, no dude en decir que preferiría no hacerlo. hable sobre su problema en este momento y sepa que están allí si los necesita.
Por lo general, puede encontrar personas con quienes hablar y grupos de apoyo para problemas específicos al preguntar en el consultorio de su médico, consejero o buscar organizaciones nacionales en línea. Los grupos de apoyo pueden brindarle más recursos y más oyentes, razón por la cual muchos de ellos tienen líneas directas las 24 horas del día, los 7 días de la semana. Si tiene problemas de infertilidad y necesita ayuda, puede comunicarse con ASRM, RESOLVE o un grupo local a través de su especialista en fertilidad.
Si asiste a una reunión con un grupo de apoyo, luego asegúrese de hacerse las siguientes preguntas:
Si respondió “sí” a alguna de estas preguntas, continúe yendo a estas sesiones o forme su propio grupo de apoyo.
Hablar puede reducir parte de su estrés y al abrir la conversación, podría estar ayudando a alguien que tiene un problema similar. Al final, háblalo.