Es genial ser un niño amable

Cómo criar niños compasivos y conectados.

El post de hoy fue escrito por Dale Atkins, PhD, y Amanda Salzhauer, MSW, coautores de The Kindness Advantage: Cultivating Compassionate and Connected Children .

La amabilidad cuenta. Es bueno ser amable. La amabilidad es clave.

A menudo escuchamos consignas de bondad, pero ¿cuál es el verdadero valor de la bondad? Respuesta corta: conduce a muchas otras cosas buenas como la compasión, la felicidad, el éxito futuro, las mejores relaciones, la autoestima mejorada y la buena salud mental y física. ¿Y no queremos todos eso para nuestros hijos, nuestras familias y nuestra comunidad?

Para nuestros propósitos, definamos la bondad practicante como:

  • Prestar atención
  • Mostrando paciencia
  • Comunicándose respetuosamente,
  • Y mostrando compasión y preocupación por los demás.

Como adultos, la mayoría de nosotros probablemente podemos recordar un momento en que la bondad, ya sea dada o recibida, nos impactó. Algunos de nosotros incluso podemos recordar sentirnos más felices después de participar en un acto de bondad, que, a su vez, nos hizo realizar otro acto de bondad. Los investigadores encontraron el mismo efecto. 1 Se sabe incluso que las personas que están profundamente involucradas en actividades de voluntariado experimentan un alto nivel de ayuda. 2

Entonces, como padres o abuelos, ¿cómo creamos y apoyamos estas experiencias para nuestros hijos?

La buena noticia es que los niños están conectados por amabilidad. Fue Charles Darwin quien, dentro del contexto de los mecanismos de supervivencia, comprendió que tenemos el instinto de ser comprensivos y comprensivos. 3 Nuestro trabajo como padres y abuelos es tomar la decisión consciente de fomentar la bondad en la vida cotidiana de nuestra familia. Las investigaciones demuestran que en el caos de la vida cotidiana, mientras se enfocan en reforzar los logros de sus hijos, los padres de niños en edad preescolar pueden perderse los actos de bondad de sus hijos. 4 Los siguientes consejos te ayudarán a entrenarte para estar alerta a aquellas expresiones de bondad que son tan importantes y que a menudo se pasan por alto.

Sé un modelo a seguir de bondad.

Muestra a tus hijos cómo se ve ser amable. Cuando te vean hablando y actuando con amabilidad, internalizarán tus comportamientos y su importancia. Esto les ayudará a enseñarles cómo comportarse. Además, señale otros modelos de roles de bondad. Estos pueden ser amigos, vecinos o incluso celebridades. Dígale a su hijo qué hizo esa persona y por qué pensó que era amable.

Haga de la amabilidad parte de la conversación diaria.

Esté abierto a las muchas formas en que las conversaciones pueden comenzar. Si su hijo comenta sobre algo injusto que vio sucedió en el patio de recreo, escuche sin juzgarlo, luego haga preguntas de seguimiento sobre lo que estaba pensando o de qué otra forma podría haberse manejado la situación. Si le conmueve una noticia que habla sobre cómo ayudar a los demás, compártala con su hijo. O bien, si sabe que la escuela de su hijo está involucrada en un proyecto de servicio, pregunte quién se está beneficiando y por qué cree que es importante.

Atrapa a su hijo siendo amable.

Ya sea que vea que su hijo acaricia al perro, ayude a limpiar la mesa, ofrezca una palabra amable a un amigo que se haya caído, o felicite a su hermano, diga algo. Incluso ofrecer una sonrisa o saludar a alguien a quien pasas por la calle es un gesto amable. Hágale saber a su hijo lo que observó y por qué cree que lo que hizo fue valioso. Esto le mostrará a sus hijos que usted nota y aprecia su comportamiento amable, alentándolos a hacer más.

Hable acerca de las similitudes en lugar de las diferencias entre nosotros.

Muchos de nosotros nos enfocamos en cómo somos diferentes de otras personas, no en el sentido de que cada uno de nosotros sea único, sino de una manera más negativa. Cuando hable con sus hijos, intente enfocarse en las similitudes entre las personas, incluso aquellas que pueden parecer diferentes, provienen de un fondo diferente o toman decisiones de estilo de vida diferentes a las suyas. Encontrar esas similitudes hace que sea más fácil conectarse con otros.

Ayude a su hijo a ser una fuerza para el bien.

Desde una edad muy temprana, los niños pueden hacer una diferencia en el mundo. Hable con su hijo sobre cómo sus intereses o habilidades particulares podrían ayudar a otra persona. Si a su hijo le encanta dibujar, anímelo a hacer una tarjeta para un vecino que está enfermo. Si a su hijo le encanta cantar, podría cantar canciones navideñas en un asilo de ancianos local. O, si a su hijo le encantan los animales, pregúntele si le gustaría ser voluntario para jugar con los gatos en un refugio para animales.

Como adultos, sabemos que ser amable puede hacernos sentir bien, conectarnos con otros y dar sentido a nuestras vidas. Con un enfoque en la bondad y algo de práctica, podemos ayudar a nuestros niños pequeños a aprender lo mismo. Al comenzar desde joven, podemos ayudarles a crear hábitos de bondad que durarán toda la vida.

Referencias

1. Kristin Layous, Hyunjung Lee, Incheol Choi y Sonja Lyubomirsky, “La cultura importa cuando se diseña una actividad exitosa de aumento de la felicidad: una comparación de los Estados Unidos y Corea del Sur”, Journal of Cross-Cultural Psychology, 44 (2013): 1294–1303.

2. “Allan Luks ‘Helper’s High”, 2010. http://allanluks.com/helpers_high.

3. DiSalvo, David. Olvídate de la supervivencia de los más aptos: lo que cuenta es la bondad. Entrevista de Dacher Keltner por Scientific American, 2009.

4. Carolyn Zahn-Waxler, Teach Compassion, filmada en Richmond, CA, junio de 2011, video TEDx. 15:09. https://www.youtube.com/watch?v=sVtXeDcYJfY