La verdad sobria sobre AA y la industria de la rehabilitación

Me complace anunciar el lanzamiento hoy de mi nuevo libro, The Sober Truth: Debunking the Bad Science detrás de los programas de 12 pasos y la industria de la rehabilitación.

En él, describo los sorprendentes hechos sobre el enfoque actual del tratamiento nacional para la adicción. AA tiene una tasa de éxito entre 5% y 10%. Una exhaustiva revisión científica de la prestigiosa Colección Cochrane, de todos los estudios de AA durante más de 40 años, arrojó resultados aún peores, concluyendo que "ningún estudio experimental demostró inequívocamente la efectividad de AA" en el tratamiento del alcoholismo.

Prácticamente ningún estudio que apoye a AA cumple con los estándares científicos ordinarios, y todos adolecen de serios errores científicos. La mayoría solo cubren un breve período de tiempo para esta condición de por vida, o se arruinan por no poder contabilizar el "sesgo de selección", o basan sus datos en autoinformes sin verificación independiente, o cometen el grave error de descartar datos que sí lo hacen no se ajusta a las conclusiones de los autores. (Invariablemente, las personas que están felices y sobrias están contentas de dejar que los investigadores sepan cómo están, mientras que las personas que han reanudado el consumo excesivo de alcohol tienen menos probabilidades de responder a los cuestionarios o llamadas telefónicas de los investigadores. Sin embargo, al llegar a la conclusión estadística de que (y rehabilitaciones) son exitosas, estas personas son regularmente ignoradas.)

Un error lógico surge de estas acrobacias con los datos: los estudios tienden a mostrar que las personas que permanecen en AA por más tiempo tienen más probabilidades de tener éxito. Los investigadores de Pro-AA concluyen que todos deberían quedarse con AA. Por supuesto, este es un razonamiento circular básico y defectuoso. Las personas que se quedan son precisamente del 5% al ​​10% que lo están haciendo bien. Su éxito no dice absolutamente nada sobre el 90% que no puede hacer uso del programa y, por lo tanto, se ha retirado.

Este libro también emprende una revisión clara de la industria de la rehabilitación. Estos retiros pastorales suelen cobrar cantidades exorbitantes por el mismo programa de 12 pasos que puede obtener de forma gratuita en el sótano de una iglesia, agregando elementos adicionales irrelevantes, como terapia de caballos, masajes de reiki y aventuras oceánicas para justificar el costo. Los datos son escasos en estos programas por diseño: resulta que prácticamente ninguno de ellos ha estudiado sus propios resultados o, si lo han hecho, se niegan a publicar sus hallazgos. Esto no ha impedido que muchos de ellos reclamen tasas de éxito fantásticas. La industria de la rehabilitación no está regulada y puede reclamar lo que quiera.

No hay duda de que los programas de 12 pasos han salvado la vida de las personas. Pero enviar a todos con una adicción a AA o sus primos es simplemente un mal trato que perjudica al 90% que no puede hacer uso de tales programas, y se les hace creer que son ellos los que fracasan, porque el programa nunca está mal. Es hora de cambiar la discusión nacional sobre cuál es el tratamiento apropiado para la adicción, y espero que este libro brinde un lugar de partida.