Lecciones de liderazgo de Tucson: el desafío de Obama a América

Como erudito en liderazgo estaba intensamente interesado en las lecciones de liderazgo que podría aprender del elogio del presidente Barack Obama a las víctimas de la tragedia de Tucson. De antemano, algunas cuentas cínicas de los medios sugirieron que esto era solo otra foto presidencial. Otros analistas políticos sugirieron que esto podría usarse como un punto de inflexión para la presidencia de Obama y sugirieron posibles estrategias y dispositivos retóricos que podría usar. Entonces, ¿qué lecciones de liderazgo le quité a su discurso?

En primer lugar, condujo a casa el papel a menudo pasado por alto que la empatía juega en el liderazgo efectivo. Un buen líder necesita comprender completamente las necesidades, los sentimientos y las pasiones de sus electores, y esto debe ser genuino. La empatía del Presidente con las víctimas, sus familias y el impacto que esta tragedia sin sentido ha tenido en toda América fue evidente.

En segundo lugar, el discurso del presidente Obama llevó a casa el punto frecuentemente olvidado de que el liderazgo es un esfuerzo compartido. Los líderes no hacen que las cosas sucedan. Simplemente ayudan a coordinar los esfuerzos de los seguidores. El llamado de Obama a Estados Unidos fue utilizar esta tragedia como un medio para unir a la nación, trabajar para alcanzar objetivos comunes, y aunque no se refirió directamente al énfasis de la Declaración de Independencia en "la vida, la libertad y la búsqueda de la felicidad". Está claro que el objetivo común que nos une a todos es la búsqueda de la felicidad resultante de nuestras relaciones más preciadas con la familia, los amigos y los vecinos.

Finalmente, un tema crítico del elogio del Presidente fue la necesidad de que Estados Unidos evite la muy peligrosa trampa de una mentalidad de "nosotros-ellos". Como seres humanos, tenemos una tendencia casi irresistible hacia la creación de grupos y grupos externos. Creamos estos basados ​​en lo que son, en el gran esquema de las cosas, diferencias realmente triviales: diferencias políticas, diferencias regionales y el color de la piel. El llamado del presidente a América fue mirar más allá de estas diferencias, evitar esa trampa, y centrarse en nuestra comunidad: nuestras metas compartidas. La investigación sobre liderazgo es muy clara, sin metas y aspiraciones compartidas, ningún grupo o nación puede avanzar.

Quizás lo que más me impactó del elogio del presidente Obama anoche fue que no sonó como un típico discurso presidencial, o incluso un típico discurso de "líder". En realidad, parecía una conferencia amable de alguien que entendía mucho sobre la naturaleza humana. Para mí, fue una lección de primer nivel para aprender sobre liderazgo y sobre la vida.