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El tráfico no coopera, por lo que llega tarde a una entrevista importante. Su hija llama para decir que el perro ha atacado al gato, y ella está de camino a la sala de emergencias con el felino que sufre. Su cuenta de cheques se vuelve negativa al mismo tiempo que necesita hacer un gran pago por la transmisión que acaba de dar en su automóvil. El nuevo propietario aumenta el alquiler en un 50% y le exige que pague o se mude dentro de 30 días. Su anciana madre odia su nuevo alojamiento de vida asistida y se ha ido por tercera vez, por lo que amenazan con expulsarla si lo hace una vez más. Tu hermano llama y necesita fianza, pero no sabe cuándo puede devolverte el dinero.
Suena como un drama televisivo, ¿no? Esas son todas las experiencias del mundo real compartidas por personas que enfrentan más estrés de lo que creen que pueden manejar. En la mayoría de los casos, son las últimas situaciones donde otros eventos estresantes han ocurrido, y esto es solo la pila en la parte superior del desastre.
Hay una cantidad de respuestas: carreras de corazón, pulso latiendo más rápido, dolor de cabeza palpitante, gritos o llanto, mirando al cielo y preguntando “¿Por qué a mí? ¿Qué diablos hice mal para merecer esto? “En la mayoría de los casos, el instinto natural de volar entra en acción, y cualquiera quiere huir a la cama y saltar bajo las sábanas y esconderse, o huir – muy lejos – tan rápido como sea posible. Desafortunadamente, ninguna de estas opciones es una buena opción a largo plazo y tienes que enfrentar el problema en algún momento. Incluso cuando corres y te escondes, ¡el problema solo espera tu regreso!
Aprender a hacer frente a situaciones estresantes es la única forma de mejorar su gestión. No puedes controlar lo que hay afuera, e incluso cuando consigues que las cosas estén en un estado tranquilo y normal, puedes apostar que en algún momento habrá interrupción. Ser capaz de gestionar sus respuestas físicas y emocionales es clave para su salud y felicidad a largo plazo.
Una vez que una situación está sobre usted, hay una serie de medidas prácticas que puede tomar. Lo importante es practicar Practica cada vez que te encuentres en una situación estresante que no ponga en peligro la vida o sea abrumadora. Practique con cada noticia negativa que se cruce en su camino. Practica cada vez que te quedes atrapado en el tráfico incluso si no tienes prisa. Practique cuando alguien le está hablando de algo, y simplemente no está de acuerdo con su punto de vista y puede sentir que su presión arterial aumenta. Practica cuando no es urgente, para que cuando esté listo y preparado.
Todos los días, pruebe los siguientes ejercicios para que cuando la crisis llegue o el estrés se acumule donde usted cree que no puede tomarlo, estará listo:
¿Alguna de estas actividades previene el siguiente factor estresante en su vida? ¿Incluso uno grande? No claro que no. La vida todavía te empujará a experiencias negativas, les pasan a todos. La clave es ser mental y físicamente lo suficientemente fuerte como para lidiar con ellos de una manera proactiva y segura, en lugar de volver a un estado de pánico que te hace menos efectivo e impacta tu salud.
Comience ahora a prepararse: practique cuando no lo necesite, para poder recurrir a estas cosas cuando lo necesite.