Por qué deseamos, pero no promovemos, líderes creativos

Admiramos historias de líderes creativos. Nos gusta escuchar historias de CEOs y líderes políticos que traen la transformación con nuevas ideas y pensamiento innovador. Y hay una buena razón para eso. Los estudios revelan que las personas más creativas están en mejores condiciones para liderar cambios positivos en las organizaciones y están mejor equipadas para inspirar seguidores. Pero si bien nos encanta leer sobre cómo estos líderes cambiaron el rumbo de su industria u organización, investigaciones recientes sugieren que la mayoría de las personas creativas no tienen la oportunidad de liderar. Nos encantan las historias de personas creativas; simplemente no queremos ser guiados por ellos.

La evidencia, reunida y analizada por los psicólogos Jennifer Mueller, Jack Goncalo y Dishan Kamdar fue extraída de 300 empleados de una compañía no identificada y publicada en el Journal of Experimental Social Psychology . Los empleados evaluaron las respuestas de sus compañeros de trabajo a una tarea de resolución de problemas. Para cada respuesta, las soluciones se calificaron tanto para la creatividad (el grado en que la idea era novedosa y útil) como para la evidencia del potencial de liderazgo. Cuando analizaron todas sus calificaciones, los investigadores encontraron una correlación negativa entre la creatividad y el potencial de liderazgo. Los empleados suponían que aquellos con ideas más creativas estaban menos preparados para ser líderes.

Si bien el estudio se limitó a una sola organización, no es necesario que mire demasiado lejos para ver resultados similares en casi todas las organizaciones. Las personas creativas están asociadas con romper moldes y trabajar de maneras no convencionales, mientras que se les pide a los líderes que proporcionen estructura y orden a la organización, no el desorden asumido que viene con ser "creativo".

Los resultados de este estudio complementan otro estudio dirigido por Mueller en el que los participantes declararon explícitamente que deseaban y valoraban las ideas creativas, pero rechazaron implícitamente las frases asociadas con la creatividad cuando se exponían a situaciones inciertas. En ese estudio, los participantes inciertos calificaron los prototipos innovadores como menos viables. Esos participantes dijeron que deseaban ideas creativas, pero inconscientemente rechazaron la creatividad.

Quizás la explicación de ambos estudios es nuestra preferencia por el orden y el status quo. Para que una idea sea creativa, debe ser novedosa y útil. Para que un líder sea creativo, sus ideas y métodos deben ser novedosos y útiles. Pero si una idea es novedosa, se aparta del status quo o del orden establecido. Ese mismo orden se usa a menudo para evaluar si la idea es útil. De la misma manera, tal vez evaluemos el potencial de un líder sobreponderando su capacidad para establecer el orden, incluso si ese orden necesita ser desarmado para producir un gran avance. Es difícil mantener ambos conceptos en nuestras mentes al mismo tiempo, sin embargo, necesitamos ambos para hacer una evaluación precisa de los líderes actuales y futuros.

El estudio de la creatividad y el liderazgo viene con un poco de buenas noticias: es posible contrarrestar el prejuicio contra los líderes creativos. Si los evaluadores estuvieron expuestos a un líder carismático o creativo, entonces la correlación se revirtió. Quizás si somos más intencionales a la hora de promover líderes creativos a corto plazo, podemos eliminar el sesgo en contra de ellos a largo plazo.

David Burkus es el autor de Los mitos de la creatividad: la verdad sobre cómo las empresas innovadoras y las personas generan grandes ideas.