No, gracias
Por razones que, hasta hace muy poco, nunca había entendido realmente, mi esposo rara vez se siente feliz por mis dones espontáneos o gestos generosos. Cuando llevo a casa un postre favorito del supermercado para sorprenderlo, o cuando me ofrezco a levantarme temprano con los niños el sábado y el domingo para poder dormir después […]