Una ley de equilibrio

En la agitada vida de los estudiantes de posgrado, nuestras prioridades requieren que nos centremos en aquellas áreas que son parte integrante del estudio de postgrado. Entre las clases, el trabajo, la docencia y la investigación, su vida personal puede quedar atascada hasta el final de la lista de prioridades. Puede ser difícil reservar tiempo para cuidar los aspectos "normales" de la vida, especialmente el tiempo personal. Sin embargo, es este asunto tan normal que la mayoría de nosotros necesitamos para ser más eficaces en nuestro estudio de posgrado. Durante los últimos meses, mis amigos y yo hemos tenido la oportunidad de revisar nuestros propios horarios agitados. Notamos que cada uno de nosotros llegaría a un punto donde simplemente teníamos que dejar de tratar de hacer tanto como nosotros. Ese punto era a veces un ser amado que nos pedía que disminuyáramos la velocidad, mientras que otros simplemente golpeaban una pared de agotamiento que nos obligaba a tomar un descanso. Otros fueron noqueados por una enfermedad que los metió directamente en la cama contra su deseo más profundo de seguir adelante a un ritmo vertiginoso. Aún otros se encontraron cuestionando toda su decisión de seguir el doctorado. Para todos nosotros, existe este momento de cruda realidad que nos ayuda a reexaminar este modo de vida completo y complicado.

Parece que nos habíamos olvidado de las diversiones simples (o complejas) que nos ayudaron a descomprimir todas nuestras preocupaciones. Las conversaciones giraron hacia aquellas cosas que aliviaron el estrés de nuestro trabajo de posgrado. Ese momento de olvido se puede encontrar en el gimnasio, en una clase de yoga o en una carrera alrededor del embalse de Central Park. Ese refugio podría encontrarse en el jardín donde el suelo podría eliminar el estrés o la cocina donde la creatividad culinaria elimina las frustraciones del día. Algún alivio se puede encontrar en la oscuridad de la noche en la pista de baile de los clubes locales o en el brillante sol de un brunch dominical con compañeros maravillosos y buena comida. Ese lugar puede ser el bar local donde podemos rugir de risa durante el día completamente ridículo que hasta ahora habíamos terminado. Puede ser un largo baño caliente con jazz tocando de fondo. O simplemente puede ser un paseo por la ciudad con nuestra familia o amigos.

Donde sea que se encuentre ese lugar, es imperativo que recordemos ir regularmente. Tan importante como nuestros estudios de postgrado son para nosotros, ese trabajo puede sufrir debido a nuestra naturaleza impulsada. Las personas que nos rodean no obtienen lo mejor de nosotros. Al aclarar nuestras mentes, podemos ver nuestro trabajo particular, la enseñanza y la investigación con una perspectiva renovada y un ojo más crítico. Puede ser que en esos momentos de liberación pueda surgir alguna de nuestra mayor inspiración.