6 formas de superar el miedo a la confrontación

Iakov Filimonov/Shutterstock
Fuente: Iakov Filimonov / Shutterstock

Como terapeuta, es claro para mí que el miedo a la confrontación está en la raíz de la angustia de muchas personas. Los problemas del lugar de trabajo, los problemas de relación y los problemas interpersonales podrían resolverse si solo las personas pudieran abordar sus inquietudes de manera abierta y directa.

Las personas que evitan la confrontación a menudo dan excusas por su comportamiento, como "soy un pacificador" o "no quiero arruinar ninguna pluma". Ya sea que se trate de un compañero de trabajo molesto que deja tazas de café por toda la oficina, o una suegra que hace bromas inapropiadas, el miedo a la confrontación a menudo supera el deseo de un individuo de abordar un problema de frente. En consecuencia, el problema nunca se resuelve y el individuo angustiado sigue sufriendo (y estofado).

Confrontar a alguien en un asunto asertivo pero amable no tiene que ser aterrador. De hecho, es posible que otros den la bienvenida a sus comentarios y acepten crear cambios positivos.

Si tiene dudas de expresar su opinión de manera directa, aquí hay seis formas de superar su miedo a la confrontación:

1. Identifica los problemas de ser una presa fácil.

No cambiarás tu comportamiento a menos que creas que tu comportamiento actual no está funcionando. Y cuando estás nervioso o temes hablar, es fácil convencerte de que mantenerte en silencio es la mejor opción.

Escriba los problemas que experimenta cuando evita la confrontación. Quizás va a casa del trabajo sintiéndose estresado. O tal vez su relación con alguien cercano se daña cada vez que permite que esa persona hiera sus sentimientos.

2. Haz una lista de lo que puedes ganar al hablar.

En la parte posterior de la misma hoja de papel, escriba lo que podría lograr expresando su opinión: sus relaciones podrían mejorar, sus problemas podrían resolverse o podría ser más feliz. Sea específico sobre las cosas que puede ganar.

Cada vez que sienta la tentación de permanecer callado, lea ambas listas. Identificar los motivos lógicos y racionales por los que debes confrontar a alguien, incluso cuando te da miedo, puede aumentar tu coraje y ayudarte a hacerlo.

3. Reconsidera tus suposiciones sobre la confrontación.

El miedo a la confrontación a menudo se basa en suposiciones falsas. Pensamientos como "La confrontación es mala" o "Decirle a alguien que no estoy de acuerdo con ellos arruinará nuestra relación" solo alimenta tu miedo. Ya sea que hayas aprendido a caminar sobre cáscaras de huevo porque una vez tuviste un jefe difícil, o tu miedo a la confrontación se remonta a la infancia, revisa tus suposiciones.

En realidad, la confrontación es saludable. Hay muchas formas amables y asertivas de hablar y expresar tu opinión, y hacerlo podría mejorar la situación más de lo que imaginaste.

4. Aborde un problema a la vez.

Si hay una sola persona a la que tiende a evitar confrontar, como un colega particularmente desafiante, elija un problema menor para abordar. No elijas el mayor problema y no muestres una larga lista de elementos que no te gustan. Comience poco a poco y vea qué pasa.

Si evita hablar con todos a su alrededor, elija una persona segura para enfrentar primero. Tal vez quieras comenzar con un amigo de confianza o un miembro de tu familia que sabes que no va a estallar en ti. Dirígete a algo menor y aumentarás tu confianza para ser asertivo en otras situaciones.

5. Cumpla con las declaraciones de "Yo" y trabaje para mantener la calma.

En el corazón de toda buena comunicación es la capacidad de apegarse a las declaraciones de "yo". En lugar de decir: "Eres tan arrogante en las reuniones y ni siquiera te molestas en llegar a tiempo", di: "Me preocupa cómo te diriges al grupo y me siento falta de respeto cuando llegas tarde".

Evitar ser excesivamente acusatorio; expresa lo que piensas y cómo te sientes Lo más importante es tomar algunas respiraciones profundas y no dejar que tu enojo se aproveche de ti, incluso si la otra persona ataca. El objetivo es ser asertivo, no agresivo.

6. Sigue practicando un pequeño paso a la vez.

Enfrentar a alguien es más un arte que una ciencia. Lo que funciona bien en una circunstancia podría no volar en otra. Pero con la práctica, podrás reconocer cuándo hablar, cómo hacerlo y las mejores formas de expresarte de manera efectiva.

Considere sus esfuerzos como un trabajo en progreso y tome pequeños pasos. Al igual que cualquier miedo, enfrentar el miedo a la confrontación es más fácil con la práctica. Cuanto más hable por usted mismo, menos miedo se vuelve.

AmyMorinLCSW.com
Fuente: AmyMorinLCSW.com

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