Educando mente y cuerpo II: Ejercicio y tu cerebro.

Una de las bajas de la reducción de los presupuestos de las escuelas públicas en los Estados Unidos es el movimiento. Al crecer en Nueva Jersey en los años 70 y principios de los 80, recibimos educación física todos los días hasta la secundaria. Hubo un largo receso a la hora del almuerzo donde corrimos por los campos. Además, había clases regulares de arte y música en la escuela primaria con mucho movimiento, desorden, canto y baile.

Con los años, los recortes presupuestarios han afectado estas áreas de la escuela con fuerza. La educación física ya no es una ocurrencia diaria. De hecho, Texas acaba de recortar su requisito de graduación Phys Ed a dos semestres en cuatro años. Todavía hay maestros de arte y música en las escuelas, pero a menudo los maestros de arte y música deben visitar las aulas en lugar de tener un espacio abierto para permitir que los estudiantes se desordenen o hagan un desastre o creen una cacofonía.

Hay muchas razones por las cuales esta falta de movimiento entre los niños es un problema. Ciertamente, la alta tasa de obesidad entre los niños es una razón para querer ver más ejercicio y movimiento en las escuelas.

El ejercicio regular también influye en tu cerebro.

Una influencia importante del ejercicio es que libera tres sustancias químicas importantes en el cerebro: dopamina, norepinefrina y epinefrina. Estos productos químicos son neurotransmisores. Ayudan a tus células cerebrales a pasar mensajes. Estos químicos en particular juegan un papel importante en mantener un estado de ánimo positivo, atención sostenida y aprendizaje. Es decir, estos productos químicos influyen en los tipos de procesos emocionales y de pensamiento que son importantes para el éxito en la escuela.

El ejercicio no es como un Red Bull, aunque puedes sacarlo cuando lo necesites. Para los estudiantes que no están en forma, el ejercicio también es estresante y puede llevar a la liberación de hormonas del estrés. El estrés tiende a disminuir aspectos importantes de tu capacidad de pensar, como la memoria de trabajo. Por lo tanto, no es probable que el ejercicio vigoroso lo ayude a pensar mejor si aún no se encuentra en forma razonable. El ejercicio regular moderado es mucho mejor para pensar que un golpe rápido de ejercicio en alguna ocasión.

El ejercicio no es necesariamente una panacea para los problemas de atención. Los medicamentos que se administran para ayudar a los niños con TDAH influyen en la actividad de los mismos productos químicos que se liberan con el ejercicio. La literatura médica está mezclada sobre la utilidad del ejercicio para los niños con TDAH. Por un lado, cualquier actividad que aumente la liberación de estos productos químicos ayudará a los niños a mantener la atención. Por otro lado, existe cierta evidencia de que los niños con TDAH pueden liberar menos dopamina, norepinefrina y epinefrina después del ejercicio que los niños sin TDAH.

La lección principal hasta ahora, entonces, es que las mentes y los cuerpos interactúan. A pesar de que los presupuestos escolares están sufriendo, debemos encontrar formas de asegurarnos de apoyar a las mentes y cuerpos saludables.