Liberándose del ritmo del viejo pensamiento

Los viejos pensamientos nos mantienen encarcelados y bloquean nuestra capacidad de cambiar.

Aquellos de nosotros que tenemos edad suficiente para recordar discos de vinilo, a pesar de su reciente regreso, podemos recordar que cuando hubo un rasguño en el álbum, la aguja a veces se atasca en el surco. La misma música o letra seguiría repitiéndose, ya que el brazo no podía navegar hacia el siguiente ritmo.

Nuestros pensamientos tienen un hábito similar, ya que siguen repitiendo las mismas historias hasta la saciedad. Mientras lo hacen, convocan viejos recuerdos y sentimientos y por eso luchamos por cambiar.

El pensamiento es automático porque se presenta sin que nos demos cuenta. Nos atrapamos en una rutina de viejos pensamientos. El primer paso para liberarte de este ritmo mental es aprender a ver tus pensamientos. Si no notamos nuestros pensamientos, nos comprometemos con ellos. Nos hacemos prisioneros de lo que nos dicen nuestros pensamientos. Desarrollar una conciencia de tus pensamientos, lo que yo llamo pensamiento, permite que prevalezca un sentido más profundo y más profundo de la sabiduría.

Ver tus pensamientos es una cuestión de tiempo. Con la práctica, podemos estar más alertas y ver un pensamiento individual operando. Este proceso de estar alerta a nuestros pensamientos es como ver una repetición a cámara lenta de un evento deportivo: puede ver el juego desarrollarse lenta y claramente.

Cuando podemos aprender a ver nuestro pensamiento, no tenemos que convertirnos en el pensamiento. Si no puedo ver el pensamiento, no tendré el pensamiento, el pensamiento me tendrá a mí.

A lo largo de tu día, trata de notar tus pensamientos. Imagínese sentado frente a un gran monitor de TV y viendo sus pensamientos transcritos en la pantalla. No los juzgues, solo los ves. Solo siéntese y mire de manera distante y observe lo que está viendo.

A medida que desarrolle la agudeza para ver sus pensamientos, estará creando una herramienta importante para su dominio del pensamiento. Estás desarrollando una poderosa memoria muscular, la capacidad de presenciar tus pensamientos.

Una vez que haya desarrollado su capacidad para notar sus pensamientos, puede comenzar a imaginar un pensamiento antiguo como un visitante que llama a la puerta de su atención. Puede escuchar el golpe, pero puede decidir no abrir la puerta. Nuestros viejos pensamientos nos llegan con tenacidad. Si encuentra un pensamiento en particular que sigue llegando a usted, pruebe la siguiente técnica:

Cuando note el viejo pensamiento que clama por su atención, coloque su dedo índice verticalmente frente a sus labios y diga “¡shhh” al pensamiento! Recuerda que puedes optar por no abrirle la puerta. El pensamiento continuará tratando de llamar su atención, por lo tanto, sea persistente.

A medida que avanza en su capacidad para ser testigo de sus pensamientos, puede mirar los temas e historias recurrentes que le presentan. Estas son las creencias fundamentales que llevas contigo que escriben el guión de tu vida. Estos temas recurrentes tienden a ser limitativos y, a menudo, sirven como profecías autocumplidas. Es esencial notar cómo atraen tu atención como un imán. Para liberarse de su atracción, primero debe darse cuenta de la atracción de estos viejos pensamientos. Intenta rastrearlos hasta su origen, que son tus creencias fundamentales sobre ti mismo.

Una vez que haya progresado en su nueva capacidad para ver sus viejos pensamientos en funcionamiento, notará un espacio entre los pensamientos. Este es el espacio donde se encuentran tus posibilidades, el espacio donde puedes manifestar un cambio en tu vida. En el instante, antes de que te conviertas en tu próximo pensamiento, todo es posible. Este es el momento definitorio que buscamos.

Este artículo es el primero de una serie y está extraído del nuevo libro de Mel, El principio de posibilidad.