¿Los días de fiesta te ponen nervioso?

Cómo reducir la ansiedad social en adolescentes y adultos jóvenes con TDAH.

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Una vez más, la temporada de vacaciones ha llegado.

Si usted o alguien a quien ama lucha con el TDAH y la ansiedad social, las vacaciones pueden ser más estresantes que placenteras. Reuniones familiares, reuniones o reuniones con amigos, excursiones de compras entre multitudes de personas: estas actividades requieren una amplia gama de interacciones sociales que ejercen una presión adicional sobre el desarrollo de las habilidades de funcionamiento ejecutivo que conlleva el TDAH. Es fácil para los adolescentes y adultos emergentes sentirse abrumados y, si agrega ansiedad social a la mezcla, también se siente irritado e incómodo.

La ansiedad social es una condición comúnmente mal entendida. A menudo, las personas parecen calladas o tímidas, evitan salir en situaciones sociales, siguen al grupo y no llaman la atención. Algunos adolescentes me han dicho que nadie sospecha su nerviosismo porque beben alcohol o fuman marihuana antes de salir. Una vez que te sientas relajado, puedes hablar y bromear con la gente y nadie sabe lo ansioso que estás realmente. Pero, debajo de todo, los niños se sienten avergonzados de no poder “ser como los demás” y relacionarse con otras personas de forma más natural. Tienden a esconder lo que realmente está pasando dentro y les falta lenguaje para discutirlo. Tener TDAH, con sus desafíos típicos de faltar señales sociales, decir impulsivamente lo incorrecto o tener grandes reacciones emocionales, intensifica la ansiedad social.

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Fuente: Victor Koldunov, Adobe Stock 144688741

Las redes sociales parecen aumentar este tipo de ansiedad entre adolescentes y adultos en edad universitaria. Los comentarios negativos, las burlas y la intimidación ocurren en línea casi instantáneamente. Con acceso 24/7, no hay escapatoria. Si habla mal o hace alguna tontería, todos lo sabrán en 5 segundos. Preocupados por lo que otros piensan o publican sobre ellos, los jóvenes con TDAH que ya son tentativos sobre las interacciones sociales tienen más miedo de ponerse en situaciones nuevas y de hacer amigos. Ver publicaciones de otras personas cuyas vidas se ven tan maravillosas las intimida aún más. ¿Cómo podrías estar a la altura? Es un ciclo contraproducente y aterrador.

La ansiedad social, como el TDAH, se trata mejor con terapia cognitivo-conductual junto con terapia orientada a la introspección y quizás medicamentos. Desarrollar y practicar habilidades sociales es fundamental para desarrollar la autoconfianza y aumentar la comodidad con las interacciones sociales. La terapia de grupo puede ser especialmente útil porque las personas tienen que abordar su ansiedad en el contexto del grupo. Por supuesto, la reducción de las comparaciones entre la comunidad social y la creación de oportunidades para salir con otras personas también fortalece la capacidad de conectarse cómodamente con otras personas.

Entonces, ¿cómo puedes superar esta temporada de fiestas con más facilidad y menos ansiedad?

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1. Establezca metas sociales más pequeñas: en lugar de presionarse a sí mismo para salir con un grupo de personas en múltiples ocasiones, establezca reuniones personales con amigos o familiares.

Cuando hay una actividad de grupo mayor a la que tiene que asistir, asegúrese de planificar también algunos de estos momentos más pequeños y tranquilos para pasar el rato. Esto te ayudará a practicar tus habilidades sociales en situaciones menos abrumadoras en las que puedes hablar y escuchar sin las distracciones de tener mucha gente cerca. Si está preocupado por no tener nada que decir o hacer, mezcle algunos paseos en casa con una porción de pizza o una película.

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2. Cree una estrategia para reuniones más grandes: antes de ir a la gran fiesta familiar de Januca o la cena de Nochebuena en casa de la abuela, hable sobre una estrategia de afrontamiento con un padre, un hermano, un consejero o un entrenador. Piense en quién se siente seguro para hablar, quién entiende que lucha con la ansiedad social y quién quiere evitar y qué decirles. Un comentario de una sola línea: “Me alegro de verte, de ir a la escuela o del trabajo, te va bien”, es suficiente para decirle a alguien que te incomoda. Si se siente sobrecargado, escápese a otra habitación durante unos minutos para reagruparse.

3. Planifique el tiempo de recuperación: la mayoría de las personas con ansiedad social necesitan tiempo para recuperarse de la energía, el pensamiento y la emoción que las interacciones les exigen. Haga una lista de las cosas que le gusta hacer que le ayudarán a relajarse y cuidarse, ¡publíquela en su habitación y úsela!

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Recuerda darte crédito cuando superes tu ansiedad y llegues más allá de tu zona de confort para interactuar con las personas. (Si usted es un padre, ofrezca comentarios positivos específicos sobre lo que su hijo o hija hizo bien). Notar lo positivo ayuda a contrarrestar los mensajes internos negativos y genera confianza. No esperes la perfección. ¡Estás practicando y aprendiendo sobre la marcha!