Los padres deben decirles a sus hijos cuando pierden un trabajo

Aunque la pérdida de empleo es más devastadora para los nuevos desempleados, tiene un impacto significativo en quienes los rodean, es decir, su familia y sus hijos. Cuando los padres pierden su trabajo y son más vulnerables, a menudo no saben cómo compartir las malas noticias con sus hijos.

Muchos padres prefieren evitar toda la conversación y cuando le dicen a sus hijos, no saben qué decir ni cuánto compartir. Aquí hay algunas pautas para padres y profesionales cuando manejan el desempleo de los padres en las familias.

Comunícate directamente. La pérdida de trabajo de un padre es una crisis familiar y es imposible esconderse de un niño. Niños desde los dos años pueden sentir que hay una crisis. Los padres pueden hablar de una manera apropiada para su edad; un niño de tres años no entiende el "presupuesto" de la misma manera que un adolescente o un adolescente. Con los niños de todas las edades, transmita un mensaje de que se los cuidará a pesar de los cambios en el trabajo. Independientemente de cómo se sientan los padres, deben demostrar optimismo y esperanza.

Redefinir la pérdida de trabajo. Una forma de enmarcar la pérdida de un trabajo es enfatizar que habrá más oportunidades de pasar tiempo de calidad juntos. Por ejemplo, ver películas o jugar juegos en casa juntos en lugar de ir al teatro.

Mantenga el mensaje equilibrado. A veces los padres se confunden sobre cuánto compartir. Es un equilibrio entre poner todo allí, miedos y todo, y mantener a los niños informados. Por ejemplo, un niño puede mostrar sus miedos preguntando "¿Qué pasa si no está trabajando mi septiembre? ¿Puedo seguir practicando deportes?" Una respuesta adecuada es algo así como "No veo" que sea un problema, pero si es , Haré mi mejor esfuerzo en el momento ". Los padres deben demostrar que tienen un plan que puede funcionar.

Permita que los niños decidan a qué rendirse. Los padres pueden empoderar a los niños permitiéndoles elegir qué artículos sacrificarán por el bien general de la familia. Esto puede ser fortalecedor para un niño que, por lo general, no tiene control y no participa en las decisiones.

Ten cuidado Los padres deben ser conscientes de las señales de preocupación en sus hijos. Los padres deben tratar de averiguar qué está pasando y evitar minimizar los cambios en el comportamiento de los niños; algunos niños se preocuparán sin importarle la tranquilidad y los padres deberían buscar asesoramiento para determinar cómo abordar esta ansiedad.

Quédate con la rutina Perder un trabajo es una crisis de vida y la estabilidad de la rutina diaria adquiere un nuevo nivel de importancia. Rutinas como las comidas, la siesta, la estructura del día debe permanecer constante para demostrar la normalidad. Esto comunica un mensaje de que "somos una familia intacta, a pesar de que papá no tiene trabajo", de una manera que las simples palabras no pueden.

¿Cuánta información es demasiado? La razón por la cual alguien es contratado o despedido en el mundo de hoy es muy complejo. Mantenga las explicaciones generales y simples como "No fue la compañía adecuada para mí".

Enseñe una mayor responsabilidad y desarrolle la autoestima. A raíz de una pérdida de trabajo, el estrés en la casa es mayor que antes. Los niños pueden ser instrumentales para reducir el estrés y encontrar maneras de ser más útiles en esta situación tan difícil. Los ejemplos incluyen: Permitir que los padres tengan espacio y tiempo para buscar trabajos; siempre escribiendo el mensaje correctamente; y ayudar a los padres con las tareas domésticas para que puedan enfocarse en su búsqueda de trabajo.

Los padres deben recordar que cuando hay una crisis familiar, ya sea el desempleo u otra cosa, el niño lo sentirá. Cuando los padres no se comunican directamente, los niños completan los espacios en blanco con los peores. Los padres no se dan cuenta de esto y, en su lugar, piensan que están ayudando a su hijo al evitar que sepan que la crisis está presente. Pero al final le están dando permiso a su hijo para que se preocupe por el peor de los casos porque es donde naturalmente va el cerebro del niño.