Los mecanismos neuronales de la ansiedad y la falta de aliento

La neurociencia explica por qué la dificultad para respirar ocurre durante momentos de ansiedad.

El proyector está configurado. Las sillas están perfectamente alineadas, con vasos de agua dispuestos en el centro de la mesa. Es casi perfecto.

En 10 minutos, uno de los mayores clientes potenciales que su empresa haya tenido alguna vez entrará en la sala. A medida que usted y su socio comercial ensayan su tono una última vez, la computadora se bloquea repentinamente. Se siente paralizado con una sacudida de ansiedad mientras piensa: “No hay un archivo de respaldo”.

A medida que comienzas a hiperventilar, miras a tu pareja que está sorprendentemente calmada. Él te dice que te relajes y respires profundamente. Mientras intentas reducir la velocidad de tu respiración, él continúa ensayando. Después de unos minutos, la computadora vuelve a estar en línea. Eventualmente calmas tus nervios justo a tiempo para la llegada del cliente.

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A veces en la vida nos encontramos en situaciones exigentes que se sienten fuera de nuestro control. Conducen a sentimientos intensos de estrés y ansiedad. Aunque cada persona y cada situación es diferente, muy a menudo la mejor manera de manejar estas emociones negativas es cambiar la perspectiva a través de técnicas basadas en el cuerpo. De estos, la respiración puede ser la más efectiva.

Sin embargo, ¿qué pasaría si tomar una respiración profunda no fuera una opción? Para las personas que sufren de disnea, el acto de respiración aparentemente mundano es mucho más difícil. La disnea se caracteriza por una falta de aliento, y típicamente se amplifica en estados de ansiedad. Las causas posibles incluyen asma, trastorno pulmonar obstructivo crónico (EPOC), insuficiencia cardíaca y trastornos psicógenos, como el trastorno de ansiedad general (TAG) y la depresión.

Para alguien con disnea, navegar en una situación que provoca ansiedad es doblemente difícil. El ciclo negativo de ansiedad y dificultad para respirar es peligroso para quedar atrapado.

La vía neural que afecta la percepción de disnea

El grado en que los pacientes con disnea perciben que su falta de aliento es peor de lo que es, conocido como catastrofismo, fue el tema de investigación que interesó a un equipo de neurocientíficos de la Universidad de Hamburgo. Específicamente, los investigadores tenían curiosidad sobre la base neuronal de la disnea y su impacto en la capacidad de las personas para manejar situaciones estresantes.

Los investigadores plantearon la hipótesis de que la disnea catastrofizante se correlacionaba con una región del cerebro conocida como corteza cingulada anterior (ACC). Una función principal del ACC es procesar estados afectivos negativos, como la ansiedad. Dado esto, se sugirió que los participantes que calificaron su disnea como más severa (es decir, en pánico por tener dificultad para respirar) también experimentarían niveles inusualmente altos de activación en el ACC.

En otras palabras, los patrones de hiperactivación en el ACC proporcionarían a los investigadores una explicación basada en el cerebro de la dificultad para respirar durante los estados ansiosos.

El experimento y los hallazgos asociados

Para probar su hipótesis, la Dra. Cornelia Stoeckel y su equipo reclutaron participantes entre las edades de 20 y 80 años que no tenían ningún historial de deterioro de la función pulmonar. Para inducir la disnea, se instruyó a los participantes a usar una mascarilla facial que lucha firmemente. Esta máscara estaba conectada a una válvula de dos vías que permitía al neurocientífico alterar la gravedad de la disnea experimentada. Hicieron esto mientras midieron sus patrones de activación cerebral con fMRI.

Durante el experimento, los participantes se presentaron con bloques leves y severos de disnea en un orden alterno. Durante cada aparición, su capacidad para inhalar se redujo durante 24 segundos. Después de cada bloque, se les pidió a los participantes que calificaran la intensidad y lo desagradable de su experiencia.

Las calificaciones proporcionadas por los participantes, así como los datos de fMRI confirmaron la hipótesis propuesta: los participantes que calificaron repetidamente su experiencia como más grave, independientemente del nivel de disnea que se indujo, también experimentaron una activación aumentada en el ACC. Estos resultados contradicen estudios previos que informaron que otras regiones del cerebro, como la amígdala y la ínsula, desempeñaron un papel fundamental en la disnea catastrofizante. Aquí, se vinculó principalmente a la activación de ACC.

¿A dónde vamos desde aquí?

El descubrimiento de la participación del ACC en la catastrophizing de la disnea tiene el potencial de mejorar muchas vidas. Ya sea un ataque de pánico o una reacción alérgica, la mayoría de las personas han experimentado dificultad para respirar en algún momento de su vida. Esta experiencia inquietante se magnifica cuando las personas exageran el nivel de amenaza en el que se encuentran, ya que se convencen de que no pueden respirar. La ansiedad engendra una mayor ansiedad. Se produce un círculo vicioso.

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El estudio aquí puede ser la clave para resolver este dilema. Los resultados de este experimento permiten a los investigadores poner sus esfuerzos en aprender más sobre el funcionamiento del ACC. Es de esperar que esto permita que los tratamientos se dirijan hacia la reducción de la actividad mejorada en esta región del cerebro. Por ejemplo, la reevaluación cognitiva y otras técnicas de regulación de la emoción pueden ser particularmente útiles para las personas que tienen una tendencia a catastrofizar las percepciones de disnea.

Hasta entonces, recuerda: solo respira.

Referencias

Stoeckel, MC, Esser, RW, Gamer, M., Buchel, C. y Leupoldt, A. (2018). Disnea catastrophizing y activaciones neuronales durante la anticipación y la percepción de la disnea. Psicofisiología, 55 ,.