Por qué otras personas son la clave de nuestra felicidad

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No es sorprendente que las interacciones sociales puedan ser una gran fuente de felicidad. Pasar unas vacaciones con amigos cercanos y familiares no solo es divertido en el momento, sino también una fuente de maravillosos recuerdos para los próximos años. Y estar en una gran relación romántica es edificante.

Pero, ¿qué pasa con la gran cantidad de personas con las que interactúa cada día? El cajero del supermercado que sonríe y le dice que tenga un gran día; el colega que pasas en el pasillo que asiente cuando pasas; el amigo de un amigo con el que conversas por un minuto sobre un programa de televisión. ¿Las interacciones también te hacen más feliz?

En la década de 1970, el sociólogo Mark Granovetter examinó la estructura de las redes sociales de las personas. Su trabajo sugiere que puede caracterizar libremente a los contactos de las personas en lazos fuertes y lazos débiles . Los lazos fuertes son los lazos entre la familia, amigos y compañeros de trabajo cercanos. Los lazos débiles involucran a las personas que ves solo en ocasiones. No tienes un contacto particularmente profundo o regular con tus lazos débiles.

La investigación en los negocios sugiere que los lazos débiles son extremadamente importantes para transmitir información entre los grupos. Por ejemplo, una empresa puede tener muchos grupos de personas que trabajan en estrecha colaboración. Los miembros de este grupo comparten información ampliamente entre sí. Pero esa información solo puede fluir de un grupo a otro a través de vínculos débiles en los que un miembro del grupo lo comparte con alguien principalmente conectado a un grupo diferente dentro de la empresa.

Entonces, ¿pueden los lazos débiles contribuir a tu felicidad?

Esta pregunta fue explorada en un documento de Gillian Sandstrom y Elizabeth Dunn publicado en julio de 2014 en el número de Personality and Social Psychology Bulletin .

En un estudio, 53 adultos mayores de 25 años recibieron dos clics. En seis días diferentes, los participantes contaron el número de personas con las que interactuaron ese día usando los clickers. Utilizaron un clicker para las personas con quienes tenían una relación cercana (vínculos fuertes) y el otro para las personas con quienes tenían una relación más distante (vínculos débiles). En cada día, los participantes también calificaron su bienestar y su sentido de pertenencia a una comunidad. Los participantes también completaron un inventario de personalidad, porque las características básicas de la personalidad también están relacionadas con el bienestar de las personas. Todos los análisis se realizaron asegurando que los resultados no podían predecirse simplemente a partir de las características básicas de la personalidad.

En promedio, las personas interactuaron con 6,7 vínculos fuertes y 11,4 vínculos débiles en un día. Una forma en que podría pensar en analizar estos datos es ver si el número de interacciones predice la felicidad en general. Curiosamente, sin embargo, las diferencias en la felicidad entre las personas no fueron tan fuertemente predichas por el número total de interacciones que tuvieron.

Sin embargo, el número de interacciones que las personas tenían predecía las diferencias diarias en el sentido de pertenencia y felicidad. Lazos fuertes fueron particularmente importantes. En los días en que las personas interactuaban muchas veces con sus fuertes lazos, informaban que eran más felices y se sentían más como pertenecientes a la comunidad que cuando interactuaban menos veces con sus fuertes lazos. En esta muestra, las interacciones con lazos débiles predijeron el sentido de pertenencia de las personas, pero solo la felicidad débilmente predicha. Es decir, más interacciones con conocidos aumentaron el sentido de la gente de pertenecer a una comunidad, pero solo tenían una relación débil con su felicidad general.

Un segundo estudio con el mismo método examinó a 58 estudiantes universitarios de primer año. También mantuvieron un registro de sus interacciones usando clickers. Puede esperar que los resultados con este grupo sean más fuertes, porque los estudiantes universitarios de primer año están empezando a formar un nuevo conjunto de relaciones.

En este estudio, el número de interacciones con los lazos fuertes y débiles se relacionó con el sentido de pertenencia de los estudiantes en general. Entonces, aquellos estudiantes que interactuaban con mucha gente eran más felices y sentían una mayor sensación de pertenecer a la comunidad universitaria que aquellos que interactuaban con solo unas pocas personas.

Además, en los días en que las personas interactuaban tanto con sus amigos cercanos como con sus conocidos, eran más felices que en los días en que interactuaban con menos frecuencia con sus amigos cercanos y sus conocidos.

¿Qúe significa todo esto?

Las interacciones que tenemos con otras personas afectan la forma en que nos sentimos con respecto a la vida. Nuestras relaciones cercanas nos mantienen enraizados e influyen tanto en la felicidad como en el sentido de que somos parte de una comunidad más amplia. Curiosamente, incluso nuestras interacciones con personas que no conocemos bien nos dan la sensación de que somos parte de esa gran comunidad. Cuando nos presentan por primera vez a esa comunidad, esas interacciones y ese sentimiento de pertenencia también aumentan nuestra felicidad.

Entonces, sonríe a la gente cuando caminas por la calle. Tal vez estés ayudando a hacer el día de alguien.

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