El humor en la innovación
Una iglesia necesitaba un nuevo campanero. Cuando un hombre sin armas se postuló para el trabajo, el dudoso sacerdote preguntó: "¿Puedes tocar la campana?". El solicitante subió al campanario, echó a correr, y clavó su rostro en la campana, produciendo un hermoso tono. De repente se resbaló, cayó al suelo y murió. La multitud de […]