Signos que queremos hablar en lugar de escuchar

El lenguaje emocional se puede utilizar para detectar un intento de persuadir.

Es difícil progresar en las discusiones si ninguna de las partes quiere escuchar. A medida que las divisiones políticas e ideológicas se vuelven más arraigadas, la calidad del debate público parece ir en espiral hacia abajo. Los programas de entrevistas de radio y televisión tienden a presentar un punto de vista u otro, mientras que las redes sociales atraen a las personas a sitios en los que pueden compartir opiniones con personas de ideas afines, en lugar de discutir puntos de vista de manera deliberada con otras personas que no están de acuerdo. Parece que todos quieren hablar, y pocos quieren escuchar a quienes no están de acuerdo con ellos.

Si vamos a comenzar a escapar de la influencia polarizadora de esta tendencia, un paso importante (entre muchos) implica descubrir maneras de medir en qué medida las personas intentan persuadir en lugar de escuchar. A menudo, las personas dicen tener una mente abierta y sin prejuicios cuando describen sus puntos de vista, y pueden sinceramente creer en esto. Sin embargo, los oyentes pueden sospechar que los puntos de vista expresados ​​son más dogmáticos y predeterminados de lo que admiten los oradores. ¿Cómo podemos saber si tales sospechas son correctas o infundadas?

Un interesante signo revelador de la intención de persuadir ha sido documentado en la investigación innovadora de psicología social por Matthew Rocklage y sus colegas de la Universidad de Northwestern. En uno de sus experimentos, estos psicólogos sociales pidieron a más de 1.200 participantes que escribieran reseñas de “5 estrellas” para un producto seleccionado. Los científicos determinaron al azar si también se les pidió a los participantes que persuadieran a los lectores a comprar el producto (alto intento de persuadir) o simplemente que resumieran los aspectos positivos del producto (baja intención de persuadir).

Luego, los investigadores codificaron las reseñas de los participantes para el lenguaje emocional, utilizando un sistema de codificación de texto desarrollado por Rocklage y Fazio (2015). De hecho, mencionamos este sistema de codificación en una publicación hace tres años: “¿Qué podemos aprender de leer reseñas en línea?” En su investigación anterior, Rocklage y Fazio encontraron que este “Léxico Evaluativo” puede distinguir palabras que son emocionales y positivas ( por ejemplo, maravilloso) de aquellos que no son emotivos y positivos (por ejemplo, perfecto).

Como era de esperar, los participantes a quienes se les pidió que persuadieran usaron palabras más emotivas que los participantes a los que se les pidió que resumieran. Además, un experimento posterior descubrió que este efecto se produjo incluso cuando a los participantes se les pidió simultáneamente que memorizaran un número aleatorio de ocho dígitos, lo que sugiere que el cambio a un estilo emotivo al tratar de persuadir sucede espontáneamente sin mucho esfuerzo cognitivo.

Para nosotros, esta evidencia es muy útil para los programas de investigación que intentan desarrollar intervenciones para aumentar la apertura de mente en el diálogo. Los hallazgos sugieren que algunas palabras son más indicativas de persuasión que de escucha abierta. Al mirar ese texto, podemos seguir mejor la interacción de persuasión y persuasión, y si el diálogo es tan abierto como los interlocutores se imaginan.

Referencias

Rocklage, MD, Rucker, DD, y Nordgren, LF (2018). Persuasión, emoción e idioma: la intención de persuadir transforma el lenguaje a través de la emotividad. Ciencia psicológica. https://doi.org/10.1177/0956797617744797