Animal Talk (y la necesidad de tranquilidad)

A veces suponemos que los animales están mudos, a menos que escuchemos sus ladridos, chillidos o alaridos. Un par de artículos de investigación esta semana nos recuerdan que los animales pueden comunicarse de maneras misteriosas y que entre ellos hay mucho que hablar.

Los investigadores que estudian el tarsero filipino, un pequeño primate (4 o 5 pulgadas de alto) con enormes ojos anaranjados, notaron que el animal abría la boca como para hacer una llamada, pero no podían oír nada. ¿Los animales estaban bostezando? Aparentemente no. Utilizando detectores de ultrasonido, los científicos descubrieron que los tarseros estaban ocupados haciendo llamadas agudas. A aproximadamente 70 kilohercios, las llamadas están más allá del alcance del oído humano. Las ballenas, los delfines, los gatos domésticos, las ratas y los ratones, y algunos murciélagos también se comunican con sonidos de muy alta frecuencia.

En otra parte de la investigación fascinante, los ecologistas han realizado la primera grabación de lo que creen que son los sonidos de los peces de aguas profundas. Aunque los científicos han sospechado que los peces de aguas profundas son capaces de emitir sonidos -tienen las estructuras anatómicas necesarias- hasta ahora, nadie ha sido capaz de "escuchar" a estas criaturas en su hábitat natural. Rodney Rountree y sus colegas, con la ayuda de algunos pescadores de aguas profundas, desarrollaron un micrófono submarino especial, con el que grabaron 24 horas de sonidos de aguas profundas desde el fondo del mar (a unos 2237 pies debajo de la superficie) de Welkers Canyon, frente a Nueva Inglaterra costa. Pudieron identificar los sonidos de las ballenas fin y otros cetáceos, pero también hubo al menos otros 12 sonidos únicos de baja frecuencia. Describen que estos son "batería", "similar a un pato" y "desconocido". Puede escuchar los sonidos aquí (vaya a la parte inferior de la página web). Cosas interesantes.

Una de las implicaciones importantes del trabajo de Rountree es que el ruido del océano provocado por el hombre puede interferir con la capacidad de estas criaturas de aguas profundas de comunicarse entre sí, y como viven en la oscuridad total, dicha comunicación auditiva podría ser muy importante para su supervivencia. . Por cierto, otro estudio publicado esta semana, los investigadores informaron que la exposición a la contaminación acústica del tráfico marítimo puede causar estrés crónico en las ballenas barbadas. Cuando el tráfico marítimo se redujo drásticamente después de los ataques terroristas del 9-11, las mediciones de las hormonas del estrés en las ballenas disminuyeron significativamente.