Aprendiendo a ser deshonesto

¿Cómo las personas se vuelven deshonestas? Yo digo que ellos pueden aprenderlo. Cualquier actitud o comportamiento, si es suficientemente ensayado, se convierte en un hábito. Una vez formados, los hábitos automatizan la actitud o el comportamiento, produciendo respuestas mentales "instintivas" a los acontecimientos de la vida. Entonces, la clave del comportamiento honorable, por ejemplo, es pensar detenidamente sobre las actitudes y comportamientos que se repiten. Si contribuye a la integridad personal, el hábito es algo bueno. Si las actitudes y comportamientos repetidos te están enseñando a ser deshonesto, lo habrás hecho a ti mismo y lo has hecho duradero.

Un claro ejemplo de la enseñanza de ser deshonroso proviene de un nuevo estudio universitario británico que muestra que las personas se vuelven insensibles a la mentira. El experimento implicó la creación de escenarios donde las personas podían mentir. En el experimento con 80 personas, parejas en habitaciones separadas vieron una fotografía de un frasco lleno de monedas. La foto estaba clara solo para una persona, cuya tarea era informar a la otra persona cuántos centavos había en el contenedor. A la persona que hace el cálculo se le dijo que la recompensa variaría en cada prueba, sin conocer los detalles críticos sobre la estructura de incentivos incorporada. No se proporcionaron comentarios. Cuanto más se exagerara deliberadamente el consejo, más recompensa financiera se otorgaría. Las condiciones se manipularon para que la mentira pudiera beneficiar a ambos socios, beneficiar al socio asesor a expensas del otro socio, o beneficiar al socio asesor solamente. Hubo características del diseño que creo que podrían haberse mejorado, pero eso está más allá del alcance de esta publicación.

La mayor mentira ocurrió cuando benefició solo a la persona mentirosa. La deshonestidad persistió en niveles más bajos si el socio también se benefició. Hubo cero mentira en las condiciones en que mentir fue castigado con una menor recompensa mientras que el compañero se benefició.

Las mentiras de las personas se volvieron más audaces cuanto más mentían. Los escáneres cerebrales revelaron que la actividad en un centro emocional clave del cerebro, la amígdala, se volvió menos activa y se desensibilizó a medida que crecía la deshonestidad. En esencia, el cerebro estaba siendo entrenado para mentir. Por lo tanto, un poco de deshonestidad se puede ver como una pendiente resbaladiza que puede hacer que uno se vuelva más deshonesto.

Las emociones son el centro del problema. Normalmente, tendemos a sentirnos culpables cuando hacemos algo que sabemos que está mal, como mentir. Pero a medida que adquirimos el hábito de mentir, la culpa asociada se habitúa. Nos acostumbramos y nuestra conciencia no nos molesta demasiado. Entonces, estamos menos limitados en nuestro comportamiento futuro. No siempre podemos ser brutalmente honestos, pero ahora está claro que cada pequeña mentira o acto deshonesto puede escalar y cambiar negativamente a la persona que somos.

Otra posibilidad es que el refuerzo positivo del comportamiento esté involucrado. Un principio de comportamiento bien conocido es que uno tiende a repetir el comportamiento que es recompensado. Por lo tanto, si una persona se beneficia de la mentira, es probable que haga más. Sin embargo, el área del cerebro más asociada con el refuerzo positivo, el núcleo accumbens, no mostró ningún cambio en la actividad. Los autores aún afirmaron que la mentira fue motivada por el interés propio, porque la mayor mentira ocurrió cuando solo el asesor se benefició. Sin embargo, el experimento se diseñó de modo que los sujetos no pudieran saber cuándo se estaban premiando sus consejos. Por lo tanto, la explicación restante probable es que simplemente se adaptaron a la mentira y no les molestó tanto exagerar sus estimaciones.

La ausencia de comentarios fue una parte crucial del diseño. Pero los autores señalan que en el mundo real, la magnitud de la deshonestidad se ve muy afectada por los comentarios en términos de si la persona engañosa cree que habrá un beneficio o un castigo.

Acabamos de tener una elección presidencial en la que aparentemente ambos candidatos pasaron toda la vida aprendiendo algunos malos hábitos de deshonestidad. No queremos eso en nuestro Presidente, y no queremos eso en nosotros mismos. Permítanos ser más conscientes de lo que nuestro comportamiento actual está haciendo a cómo nos comportaremos en el futuro.

Los lectores que quieran saber más sobre cómo funciona el cerebro pueden estar interesados ​​en el libro reciente del Dr. Bill, Mental Biology (Prometheus). Las revisiones se pueden ver aquí: http://03908f9.netsolhost.com/thinkbrain/book-reviews-of-mental-biology/