Celebre la creatividad humana con la mentalidad de la abundancia

El gobierno de cualquier país existe para servir a la gente del país. Todo gobierno necesita estrategias equilibradas y reflexivas para el crecimiento económico y la estabilidad social. Pequeños países o regiones como Hong Kong que tienen recursos naturales modestos no pueden confiar en los viejos modelos de negocios de Economía Industrial basados ​​en la explotación de recursos naturales y humanos. En cambio, el gobierno debe celebrar el Capital Humano (Recursos Humanos y Capital Intelectual) tan vigorosamente como sea posible. Además, debe permitir y apoyar la formación de plataformas capaces de crear ecosistemas donde se pueda acceder y vincular los activos intangibles y tangibles que pertenecen a otras personas y organizaciones. El uso apropiado de las tecnologías modernas de comunicaciones y software, como blockchain, permitirá a las entidades construidas en dichas plataformas ser líderes en la economía global.

El punto de partida para el crecimiento es siempre el aprendizaje, aprender a hacer mejores preguntas, aprender cómo los diferentes puntos de vista aportan nuevos conocimientos valiosos. Esta mentalidad se puede desarrollar en la infancia, se extiende a lo largo de la escolarización formal y continúa en todos los contextos de la vida, no solo en situaciones de trabajo. El esfuerzo requiere una inversión de energía cada vez mayor a lo largo de la vida de individuos y organizaciones, incluso cuando otras prioridades demandan atención.

Dado que la energía creativa responde a la inspiración, las políticas y estrategias gubernamentales deben estar dirigidas a generar esperanza en los jóvenes. Los jóvenes, por definición, serán el principal recurso y motor de crecimiento en el futuro. El capitalismo moderno se basa actualmente en el consumismo y el crecimiento económico se mide por métricas de consumo de productos terminados y recursos naturales. El desafío de hoy es diseñar nuevos modelos para hacer crecer una economía basada en el conocimiento, con diferentes métricas que reconocen el aprendizaje como más significativo y valioso que el cumplimiento de hitos conocidos. ¿Cómo equilibramos ser un creador de nuevos conocimientos o un consumidor de conocimiento establecido y controlado por otros?

¿Cómo podemos fomentar una sensación de asombro y aventura, con la promesa implícita de que tener el coraje de aprender a través de la exploración generará beneficios incalculables, como la esperanza para el futuro?

Este objetivo requiere una amplia adaptación cultural, dentro de las familias, las instituciones educativas, las empresas y las organizaciones gubernamentales. Afortunadamente, este tipo de actividad puede auto propagarse y autoperpetuarse, ya que la inspiración y la esperanza generan ciclos de retroalimentación positivos. Los sentimientos humanos positivos se comparten fácil y naturalmente e inspiran literalmente a otros a compartir la positividad.

Una pregunta común es: ¿Cómo funciona esta filosofía en la vida real, con restricciones prácticas como límites a los recursos financieros, el tiempo y la energía física?

El primer paso es cultivar una "mentalidad de crecimiento", como la define la Prof. Carol Dweck de la Universidad de Stanford, una actitud de estar enfocado en el aprendizaje. Una parte crítica de esta actitud es una "mentalidad de abundancia", que es exactamente lo contrario de la premisa de la pregunta anterior. Debemos creer que, en un sentido colectivo, podemos acceder a recursos ilimitados, incluyendo lo que quizás no sepamos o que aún no se haya descubierto o inventado. Esto es definitivamente una declaración de fe, fe en el espíritu humano, fe en lo que es posible, incluso cuando el futuro ni siquiera se ha imaginado todavía.

    La "mentalidad de escasez" nos lleva a ver lo que ya conocemos como limitaciones a lo que es posible. Esta actitud inicial se basa en mirar la realidad por lo que NO es posible. ¿Cómo puede esto conducir al crecimiento?

    ¿Cómo podemos competir para resolver nuevos y difíciles problemas si nos limitamos a utilizar solo recursos (conocimiento y herramientas) que ya están bien establecidos y que no nos pertenecen? Watson de IBM y DeepMind de Google son ejemplos extremos que muestran cuán poco competitivas son las mentes humanas más brillantes, en comparación con los nuevos métodos de procesamiento de computadoras. Los conocimientos (datos) que se pueden recopilar se pueden digitalizar. Una vez digitalizadas, las nuevas herramientas informáticas pueden procesar los datos y aprender más rápido que los humanos por órdenes de magnitud. Cuando se supera este umbral, ¿qué pueden hacer los humanos para tener un sentido de valor, de significado en la vida?

    Las personas con la mentalidad de escasez se retuercen las manos y se quejan de que están siendo privados de sus derechos. Ellos están en lo correcto. Los desafíos del siglo XXI solo pueden ser abordados por personas con una mentalidad de abundancia, que se autovaloran como seres creativos, que se acercan a otros seres creativos, para compartir y desafiarse entre sí para desarrollar nuevas ideas, nuevas herramientas para explorar el mundo, vivir, para resolver problemas que parecen abrumadores desde perspectivas convencionales. Estos son pensadores independientes, que necesitan acceso a las herramientas y plataformas más potentes que están actualmente disponibles para que puedan aprovechar y aprovechar el conocimiento (activos intangibles) y los activos que otros poseen.

    La verdadera escasez está en la fe y el coraje para explorar lo desconocido, el miedo a los reveses ("fracasos"). Reaccionamos al miedo contrayendo nuestro espíritu, encogiéndonos en el caparazón que llamamos nuestra zona de confort. Ahí, preferimos la familiaridad de nuestras ilusiones a experimentar la decepción de las expectativas perdidas. Preferimos resistir el cambio cuando el cambio trae miedo.

    Resultados de complacencia. ¿Cómo podemos sobrevivir?