Chris Christie, ¿qué tienes aquí no te llevará allí

Cada fortaleza es también una debilidad: el encanto de Bill Clinton. La confianza en sí mismo de George W. Bush. La capacidad analítica de Barack Obama. Esto se aplica a todos nosotros, no solo a los presidentes. No puedes tener fortalezas sin debilidades como tampoco puedes tener un edificio sin una sombra. Lo que separa a los buenos líderes de los grandes es que los grandes líderes reconocen sus debilidades y trabajan activamente para trascenderlos.

La fuerza de Chris Christie, y su debilidad, es su tenacidad (su récord como Fiscal Federal en Nueva Jersey fue notable). Es lo que le ha permitido hacer las cosas, y también es lo que puede paralizarlo en el futuro.

Hay una expresión en el entrenamiento de liderazgo: lo que te trajo aquí no te llevará allí. El gerente que fue promovido debido a su habilidad para sobresalir personalmente tendrá que dejar de ejecutar y comenzar a influir. El logro personal, que había sido un activo, se convierte en una responsabilidad. Lo que te trajo aquí no te llevará allí. Es hora de dejar de caminar y comenzar a volar.

Chris Christie está en medio de esta transformación. Esperemos que tenga algunos buenos entrenadores que puedan ayudarlo, pero también usemos su ejemplo como una oportunidad para nuestra propia reflexión.

¿Cuáles son sus fortalezas en la vida (como padre, hijo, hija, pareja, amigo, líder) y qué debilidades necesariamente vienen con eso? ¿Eres empático con los demás (fuerza), pero te falta confianza en ti mismo (debilidad)? ¿Eres bueno para ver los puntos ciegos (fuerza) de las personas, pero tienden a sermonear a otros (debilidad)?

Todo es en realidad dos cosas. ¿Estás viendo ambos lados? Y si es así, ¿está identificando las creencias subyacentes que apuntalan sus fortalezas y debilidades, y aprendiendo a ver cómo pueden no ser ciertas? Esa es la verdadera prueba. ¿Estás teniendo un enfrentamiento contigo mismo?

Es fácil señalar a Christie, Obama y otras figuras nacionales y reírse de sus debilidades. ¿Qué tan bueno somos para reconocer el nuestro? ¿Y cuán decidido estamos como país para arremangarnos y hacer el trabajo duro que creemos que necesitan desesperadamente hacer?

La mejor manera de ayudar a los demás puede ser comenzar por nosotros mismos. Eso no excusa su comportamiento, pero nos da un terreno común para estar de pie.