Cómo el ejercicio puede ayudarte a mantenerte libre de drogas

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Comer, dormir y sentirse saludable puede parecer una parte normal de la vida, pero no se puede dar por sentado que sea capaz de funcionar de forma efectiva en el día a día. Al igual que muchos otros problemas médicos, la adicción interfiere con el funcionamiento físico normal de un individuo. En lugar de comer adecuadamente o buscar alianzas íntimas o relaciones sanas, la adicción anula los circuitos de supervivencia del cerebro, dejando al adicto en busca de drogas o alcohol por encima de todo. Reconstruir estos mecanismos innatos que fomentan la salud es esencial para una recuperación exitosa, y muchas personas que ingresan a la recuperación eligen construir una práctica de ejercicio para ayudarlos a hacerlo.

La aptitud física de todo tipo es excelente para la mente y el cuerpo, independientemente de quién sea, la edad que tenga o su nivel de experiencia. Más allá de su papel obvio en la quema de calorías, el ejercicio regular también puede aumentar su resistencia general, dándole más energía después del trabajo o cuando recoge a los niños. Desarrollar una práctica regular de ejercicio también puede disminuir la probabilidad de que desarrolle una amplia gama de dolencias atribuidas a la movilidad limitada, incluida la presión arterial alta y la enfermedad cardíaca.

Los beneficios mentales y psicológicos de la actividad física regular, aunque son más difíciles de medir con métricas objetivas, son demasiado significativos como para ignorarlos. A nivel superficial, el ejercicio frecuente puede hacer que te sientas más atractivo e incrementar tu autoconfianza en general, influyendo sutilmente en la forma en que interactúas con tu entorno y con otras personas, y cómo respondes ante el estrés y la ansiedad.

El ejercicio también tiene un impacto único en el cerebro. Recientemente, investigadores de la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Maryland llevaron a cabo un estudio que investigó qué efecto, en caso de existir, podía observarse en los cerebros de atletas altamente entrenados que dejaron de hacer ejercicios bruscamente durante un período de diez días. Los resultados fueron sorprendentemente significativos: sin el beneficio fisiológico del ejercicio, los cerebros del atleta experimentaron una contracción clara del hipocampo, un área del cerebro relacionada con la memoria y la emoción e importante por su papel en la aparición del Alzheimer.

Como investigaciones previas han encontrado, este hallazgo también indica que las rutinas de ejercicios a largo plazo podrían ser responsables del crecimiento y el mantenimiento de un hipocampo sano y activo.

La función del hipocampo de almacenar recuerdos a largo plazo y organizar nuevos hace que sea una parte clave del cerebro comprometida por grandes cambios en su vida, como mudarse a un nuevo país o recuperarse de la adicción, que requieren la acumulación de nuevas habilidades aprendidas. Al promover el crecimiento en el hipocampo, participar en el ejercicio físico puede ser útil no solo para hacer grandes cambios, sino también para mantenerlos.

El ejercicio es parte de un estilo de vida saludable y estimula los mecanismos más saludables del cuerpo al liberar endorfinas para sentirse bien, estimular el apetito y llevar a un sueño más reparador. Los asistentes al gimnasio renuentes, incluidos aquellos que recién ingresan al tratamiento / recuperación de la adicción, solo pueden pensar en las horas extra de sueño que perderán para levantarse temprano e ir a correr o alcanzar el peso, pero los beneficios físicos, mentales y holísticos obtenerse del ejercicio supera con creces el costo. Ya sea que el cambio en la vida que estás haciendo sea sobre verse diferente, sentirte más saludable o construir un estilo de vida completamente nuevo y gratificante, no puedes equivocarte al incluir el ejercicio.