Cómo la atención plena puede ayudar en una crisis

En una crisis, es probable que nos opongamos al cambio y cedamos ante el miedo a lo desconocido. Sin embargo, la antigua práctica budista de la atención plena, permaneciendo completamente consciente de lo que estás experimentando en el momento presente, es la clave para sacarte del sufrimiento y volver a la felicidad.

La atención plena es un proceso de vincular la conciencia con la atención para desarrollar, expandir y mejorar ambas. Resulta en una concentración más concentrada y elevada: observas tus pensamientos y sentimientos en lugar de sumergirte en ellos. Te das cuenta de que tienes dos yoes, el yo que tiene la experiencia y el yo que lo está presenciando y está separado de él.

Primero, permites que este ser testigo aparezca en tu conciencia. Entonces, en lugar de pensar, analizar y construir sobre una sensación o sensación, tal sensación de pánico o tristeza, simplemente la observa como surge. Luego lo cataloga como "no digno de una exploración más profunda" o "algo para contemplar más tarde para ver qué puedo aprender de él", y lo dejo salir de su conocimiento.

Al meditar y permitir que la mente testigo analice lo que surge, descubrirá que la mayor parte de lo que genera tiene poca importancia. Cuanto más experimentes este proceso, más fácil será evitar saltar sobre tus pensamientos o sentimientos y montarlos como un caballo salvaje donde sea que te lleven. La paz y la alegría pueden surgir en ti cuando dejas que ese caballo salvaje se aleje a la distancia.

La doble conciencia que surge cuando permites que la mente testigo llegue, fomenta el coraje para experimentar plenamente incluso las emociones, creencias y recuerdos más dolorosos, y tolera cualquier sensación física que la acompañe. La mente testigo sabe que estás separado de tus circunstancias, por lo que te sientes más seguro que si tu conciencia estuviera completamente absorta en esos pensamientos y sentimientos. Permanece presente en tu sufrimiento hasta que pase, y lo hará.