Cuidado: la felicidad es contagiosa

Recientemente escribí un breve resumen de la investigación de Christakis para la revista Time de 100 personas de 2009. Aquí está mi resumen de la investigación:

Los científicos sociales solían tener una respuesta directa, aunque irónica, a la pregunta de cómo ser feliz: rodéese de gente que es más fea, más pobre y más baja que usted, y que están desdichados y tienen hijos molestos. Te compararás con estas personas y el contraste te alegrará.

Nicholas Christakis, 47, médico y sociólogo de la Universidad de Harvard, desafía esta idea. Usando datos de un estudio que rastreó a unas 5,000 personas durante 20 años, sugiere que la felicidad, al igual que la gripe, se puede propagar de persona a persona. Cuando las personas que están cerca de nosotros, tanto en términos de vínculos sociales (amigos o familiares) y la proximidad física, se vuelven más felices, también lo hacemos. Por ejemplo, cuando una persona que vive a una distancia de una milla de un buen amigo se vuelve más feliz, la probabilidad de que el buen amigo de esta persona también se vuelva más feliz aumenta un 15%. Más sorprendente es que el efecto puede trascender los vínculos directos y alcanzar un tercer grado de separación: cuando un amigo de un amigo se vuelve más feliz, nos hacemos más felices, incluso cuando no conocemos directamente a esa tercera persona.

Esto significa que rodearse de gente más feliz nos hará más felices, hará que las personas más cercanas a nosotros sean más felices y hará que las personas que están cerca de ellos sean más felices. Pero las redes sociales no transmiten solo las cosas buenas de la vida.

Christakis descubrió que fumar y la obesidad también pueden ser socialmente infecciosos. Si su tesis es comprobada, entonces el dicho de que uno puede juzgar a una persona por sus amigos podría tener más peso de lo que pensamos.