El poder de la escucha inteligente

Cuando estamos aprendiendo un idioma extranjero, dar sentido a lo que escuchamos es el primer paso hacia la fluidez. Parece obvio, pero hasta hace poco, no sabíamos mucho sobre cómo funciona la escucha. Una nueva investigación demuestra que la escucha efectiva implica más que simplemente escuchar las palabras que flotan más allá de nuestros oídos. Más bien, es un proceso activo de interpretación de información y significado. Este tipo de escucha comprometida es una habilidad que es tan importante para aprender una variedad de materias en la escuela y el trabajo como lo es para aprender a entender una lengua extranjera.

Los estudios de aprendices de idiomas especializados han identificado estrategias de escucha específicas que conducen a una comprensión superior. Además, la investigación ha demostrado que los estudiantes que adoptan deliberadamente estas estrategias se convierten en mejores oyentes. El año pasado, por ejemplo, el investigador de la Universidad de Ottawa Larry Vandergrift publicó su estudio de 106 estudiantes de pregrado que estaban aprendiendo francés como segundo idioma. A la mitad de los estudiantes se les enseñó de manera convencional, escuchando y practicando textos en voz alta. La otra mitad, que posee el mismo nivel de habilidad inicial y que es enseñada por el mismo maestro, recibió instrucciones explícitas sobre cómo escuchar. En la revista Language Learning, Vandergrift informó los resultados: el segundo grupo "superó significativamente" al primero en una prueba de comprensión. La mejora fue especialmente pronunciada entre los hablantes de francés con menos fluidez en el grupo.

Entonces, ¿qué son estas estrategias de escucha? Los alumnos calificados entran en una sesión de escucha con una idea de lo que quieren obtener de ella. Establecen un objetivo para su escucha y generan predicciones sobre lo que dirá el orador. Antes de que comience la conversación, revisan mentalmente lo que ya saben sobre el tema y forman una intención de "escuchar lo importante o relevante". Una vez que comienzan a escuchar, estos alumnos mantienen su enfoque; si su atención vaga, lo traen de vuelta a las palabras que se hablan. No se dejan desanimar por detalles confusos o desconocidos. En cambio, toman nota de lo que no entienden y hacen inferencias sobre lo que esas cosas podrían significar, basadas en otras pistas disponibles para ellos: su conocimiento previo del tema, el contexto de la charla, la identidad del hablante y pronto. Están "escuchando lo esencial" y no quedan atrapados en el análisis detallado. Mientras tanto, los estudiantes expertos evalúan lo que escuchan y lo comprenden. Están verificando sus inferencias para ver si son correctas e identificando las preguntas que aún tienen para que puedan buscar las respuestas más adelante.

Tales estrategias tienen que ver con la metacognición, o pensar sobre el pensamiento, y ofrecen una variedad de beneficios. La investigación indica que los estudiantes que participan en la metacogición son mejores en el procesamiento y almacenamiento de nueva información, mejor en encontrar las mejores formas de practicar y en reforzar mejor lo que han aprendido. En un estudio de 2006 realizado por investigadores de Singapur, los hablantes de chino que estaban aprendiendo inglés como segunda lengua informaron una mayor motivación y confianza después de que se les enseñaron estrategias metacognitivas.

Aunque escuchar a menudo se trata como una satisfacción social, una manera de hacer que los demás se sientan apreciados, también es una de las herramientas más poderosas que tenemos para obtener información y conocimiento. Eso es cierto ya sea que el idioma que estamos escuchando sea la jerga de la ciencia y la tecnología, el lenguaje de la suite ejecutiva o el dialecto fluído del francés. Comprenez-vous?

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Esta publicación apareció originalmente en Time.com.