¿Eres resistente? Tu cerebro puede tener la respuesta

Una nueva investigación explora las regiones del cerebro que promueven el bienestar.

SunKids/Shutterstock

Fuente: SunKids / Shutterstock

Un innovador estudio de investigación sobre adultos jóvenes sanos publicado recientemente en Personality Neuroscience por Cambridge University Press examinó las asociaciones entre las regiones corticales prefrontales del cerebro, los rasgos de personalidad relacionados con la resiliencia y los síntomas de ansiedad y depresión. Los hallazgos mostraron que el volumen de la corteza prefrontal predijo la capacidad de recuperación en los jóvenes, lo que a su vez predijo una menor ansiedad.

Esta es una noticia importante, ya que la ansiedad se encuentra entre los factores estresantes mentales más comunes de la infancia, la adolescencia y la edad adulta. Los trastornos de ansiedad a menudo coexisten con depresión, trastornos de la alimentación, TDAH y otros diagnósticos en niños en edad escolar. Las investigaciones muestran que la ansiedad no tratada puede llevar a un bajo rendimiento escolar, relaciones insatisfactorias y abuso de sustancias. Se estima que uno de cada ocho niños se ve afectado por la ansiedad.

La corteza prefrontal y la ansiedad

Se sabe que la corteza prefrontal contribuye a la capacidad de un individuo para hacer frente a los desafíos emocionales de tres maneras. Primero, evalúa, evalúa, interpreta y responde a situaciones emocionales. Los psicólogos llaman a esto reevaluación cognitiva . Segundo, es la parte del cerebro donde una persona siente sensaciones y emociones positivas , llamadas afecto positivo . Y tercero, es donde un individuo siente optimismo . Cuanto más se involucra el cerebro con estas regiones, más está protegido contra la angustia emocional y más adaptativo se vuelve.

Este estudio se realizó en el Instituto Beckman de Ciencia y Tecnología Avanzadas de la Universidad de Illinois en Urbana-Champaign. Los datos provinieron de un grupo de 85 participantes jóvenes sanos a los que se les realizó una resonancia magnética de sus cerebros. También completaron cuestionarios relacionados con la regulación emocional, la personalidad, la ansiedad y la depresión. Se llevaron a cabo análisis de datos complejos para evaluar los volúmenes de la región cerebral, así como las medidas de los síntomas de la personalidad y la angustia.

Curiosamente, los datos mostraron que un mayor volumen de la corteza prefrontal se asoció con una menor ansiedad, pero los datos no mostraron la misma asociación significativa para la depresión.

Otros estudios han apoyado la premisa de que el volumen cerebral está relacionado con la capacidad de recuperación, los rasgos que se asocian con la reevaluación cognitiva, el afecto positivo y el optimismo . Lo que hace que este estudio sea único es que mostró una relación entre tres factores importantes. Específicamente, el estudio fue el primero en asociar el volumen cerebral de la corteza prefrontal, la resistencia y la ansiedad más baja.

El cerebro y el comportamiento

¿Por qué este estudio debería proporcionar optimismo?

Los neurocientíficos ya saben que el cerebro y el comportamiento humano están entrelazados. Entienden que el volumen del cerebro puede modificarse en respuesta a las experiencias de la vida. Esto ocurre a través del poder de la neuroplasticidad, la capacidad del cerebro para reorganizarse como resultado de nuevas experiencias de aprendizaje.

Los resultados de este estudio son alentadores para los niños y adultos que sufren de ansiedad, apoyando intervenciones prometedoras diseñadas para cambiar la estructura del cerebro. También refuerza la investigación de que la resiliencia y el bienestar pueden mejorarse a través de las relaciones sociales y la capacitación (Davidson & McEwen, 2012).

Al identificar las características de la personalidad y el cerebro que protegen contra la angustia y la ansiedad, este estudio ayudará a los investigadores y psicólogos a lograr cambios en áreas del cerebro que son más importantes para el bienestar. Es una valiosa contribución al desarrollo de futuras herramientas destinadas a reducir la ansiedad y promover el desarrollo de niños y adultos sanos y adaptados.

Referencias

Davidson, RJ y McEwen, BS (2012). Influencias sociales en la neuroplasticidad: estrés e intervenciones para promover el bienestar. Nature Neuroscience , 15, 689–695. doi.org/10.1038/nn.3093

Moore, M., Culpepper, S., Phan, KL, Strauman, TJ, Dolcos, F., y Dolcos, S. (2018). Mecanismos neuroconductuales de la resiliencia contra la angustia emocional: un enfoque integral de la personalidad del cerebro y los síntomas mediante el uso de modelos de ecuaciones estructurales. Neurociencia de la personalidad , 1 (e8), 1-10. Doi: 10.1017 / pen.2018.11