Esperanzada investigación para detener los suicidios

El suicidio entre las tropas en servicio activo y los veteranos ha atormentado a los investigadores psicológicos durante la última década.

Al principio de las guerras en Irak y Afganistán, las tasas de pensamientos suicidas, intentos y terminaciones aumentaron en más del 50 por ciento. Se han presentado innumerables teorías sobre las razones detrás del aumento y millones de dólares de investigación se han canalizado a manos colectivas de la universidad, el ejército, Asuntos de Veteranos e investigadores privados. Lamentablemente, una explicación definitiva para el aumento sigue siendo difícil de alcanzar.

Más problemático es el hecho de que hay poco consenso sobre qué intervenciones son más efectivas para prevenir el suicidio. Sin embargo, un reciente estudio pionero nos ha acercado a una respuesta.

Investigadores de la Universidad de Memphis, Universidad de Utah, Centro de Ciencias de la Salud de la Universidad de Texas en San Antonio, y Fort Carson, Colorado, descubrieron que una forma particular de terapia cognitivo-conductual a corto plazo reducía los intentos de suicidio en el personal activo en 60 por ciento. Los resultados fueron publicados en línea el 13 de febrero por el American Journal of Psychiatry.

En el transcurso de dos años, 152 soldados con intentos de suicidio anteriores o pensamientos suicidas con la intención de morir fueron asignados al azar a uno de dos grupos. El primer grupo, conocido como el grupo de tratamiento habitual, recibió los servicios de tratamiento típicos de los médicos de salud mental militares y civiles. En general, esto consistió en terapia individual y grupal, consejería sobre abuso de sustancias y antidepresivos y medicamentos para dormir.

El segundo grupo recibió los mismos servicios de tratamiento típicos que el primero, pero también recibió 12 sesiones semanales de psicoterapia centrada en el suicidio. Estas sesiones se centraron en el desarrollo de un plan de respuesta a la crisis, el manejo de emociones intensas y pensamientos desafiantes que contribuyen al pensamiento suicida.

Al final del estudio, 26 soldados de ambos grupos realizaron 31 intentos de suicidio. Dieciocho soldados en tratamiento como de costumbre realizaron al menos un intento de suicidio, mientras que solo ocho intentaron suicidarse del grupo de tratamiento breve.

Esos resultados son importantes por varias razones. En primer lugar, hasta la fecha, esta es la mayor reducción en el riesgo de intento de suicidio observado en la población militar.

En segundo lugar, los soldados involucrados en la terapia breve tenían menos probabilidades de ser retirados del servicio médico. Esto se puede traducir en ahorros de costos significativos para los militares.

Y, por último, los enfoques de tratamiento a largo plazo, costosos y de mayor riesgo pueden no justificarse dados los resultados positivos de esta intervención más breve y enfocada.

Los autores señalan, sin embargo, que los mismos reclamos pueden no ser válidos para los veteranos, ya que este grupo tiene necesidades únicas de salud mental y no fue parte del estudio.

* Este artículo apareció originalmente en la columna Kevlar for the Mind del Dr. Moore's Military Times.