La forma más fácil de ser feliz

Hace mucho tiempo, Dios notó que los humanos estaban aburridos (esta es una historia del Medio Oriente). Entonces él les envió Belleza y Fealidad, que resultaron ser dos mujeres. La fealdad estaba en harapos, no agradable de mirar y moralmente despreciable. La belleza estaba espléndidamente vestida, y su belleza externa se correspondía con la armonía interior y la bondad. Las dos mujeres comenzaron su viaje juntas. Tuvieron que cruzar un desierto y caminar durante mucho, mucho tiempo antes de llegar a la humanidad. Hacia el final del viaje estaban cansados ​​y calientes; pasaron junto a un lago, por lo que Fegliness dijo: ¿qué tal un baño? Beauty estuvo de acuerdo. Se desvistieron y dejaron su ropa en la orilla. La belleza nadó lejos, pero la fealdad se mantuvo cerca de la orilla. Tan pronto como Beauty se perdió de vista, salió del agua, tomó la ropa de Beauty y se fue sola. Cuando Bella nadó hacia atrás, se dio cuenta de que había sido robada. Ella se quedó con los trapos; entonces ella los usaba. Así es como la belleza y la fealdad llegaron a la humanidad: cada uno con la ropa del otro. Y a partir de ese momento, los humanos nos quedamos preguntándonos.

Sí, no es fácil definir la "belleza" con precisión, por lo que no encontrarás mucha investigación bajo este título. Eso es muy malo, porque, después de todo, la belleza es una experiencia humana básica en todas las culturas. Lo que puedes encontrar, sin embargo, es una investigación sobre los beneficios de escuchar música o estudiar un instrumento musical, contacto con la naturaleza, ir a conciertos y exposiciones, leer ficción, estar expuesto a bellas imágenes después de la cirugía, escribir poesía, cantar, caminar en el bosque, pasando el tiempo en una arquitectura agradable. ¿Podría todo esto estar bajo el título de "belleza"? En mi opinión sí, aunque otros factores son parte de la ecuación en algunos de estos ejemplos, por ejemplo, el contacto social y el movimiento físico.

En mi trabajo como terapeuta, a menudo le pregunto a la gente cuáles han sido sus experiencias de belleza. A veces se sorprenden, pensando que se supone que se quejan de lo infelices que son. Muchos de ellos están demasiado ocupados por la belleza; o lo subestiman; o piensan que no se lo merecen. Pero casi todos logran recordar algún episodio. Y cuando comienzan a hablar de belleza en sus vidas, por muy preocupados que estén, su lenguaje corporal cambia, se relajan visiblemente, bajan la voz, sonríen, respiran más fácilmente y sus ojos brillan. Es una transformación asombrosa en solo unos segundos. Mencionan la belleza en la naturaleza y el arte, y la belleza interior de las personas: la belleza de la inteligencia y la generosidad, por ejemplo; incluso la belleza que se encuentra en las circunstancias banales de la vida cotidiana.

Subestimar el poder de la belleza es un error trágico. La belleza es un recurso inmenso, a solo segundos de distancia. Tiene la capacidad de sanar cuerpo y mente, desarrollar empatía, estimular la inteligencia y mejorar el rendimiento académico, elevarnos y hacernos, al menos temporalmente, felices.