La "madurez emocional" no explica el comportamiento criminal

Recientemente vi la obra "Never the Sinner" (escrita en 1988 por John Allen) que trata sobre el notorio asesinato en Chicago en 1924 de Bobby Franks, de catorce años, por parte de Leopold y Loeb. Estos autodenominados " uber mensches " eran brillantes, apuestos y de familias adineradas. Asesinaron a sangre fría a Bobby, un primo de Richard Loeb, solo para hacerlo, para cometer el crimen perfecto. Después de matar al niño, vertieron ácido sobre su cuerpo.

Aunque lo suficientemente inteligente como para digerir las escrituras del filósofo Nietzsche, Loeb no fue lo suficientemente astuto como para evitar caer en la remota escena del crimen lo que resultó ser evidencia reveladora: sus lentes. Este paso en falso condujo al arresto de estos súper criminales que habían contemplado una variedad de otros actos horribles.

Entre los argumentos que el abogado Clarence Darrow presentó en su defensa durante el juicio publicitario fue que estos "muchachos" (de 18 y 19 años) carecían de "madurez emocional". Más de ochenta años después, escuchamos a profesionales de la salud mental y abogados haciendo afirmaciones similares. Si no es una falta de madurez emocional, entonces es un cerebro insuficientemente desarrollado que supuestamente resulta en inmadurez emocional y, por lo tanto, en la comisión de un crimen. Esta defensa sostiene que debido a estos déficits, los perpetradores juveniles son impulsivos y no tienen en cuenta los impedimentos.

En vista de ello, tales consideraciones son absurdas cuando se trata de explicar el comportamiento delictivo. Los niños de escuela primaria en grados primarios desarrollan una comprensión de lo correcto y lo incorrecto. Se requiere poca "madurez emocional" para comprender que es un error robar, asaltar a alguien o incendiar un edificio. Los niños también aprenden a temprana edad sobre la importancia de ganar confianza basada en la honestidad. Estos no son conceptos sofisticados. Actualmente no es posible demostrar científicamente que la conducta delictiva tiene algo que ver con la "inmadurez emocional" o un "cerebro no desarrollado". Esos términos pseudocientíficos vagos ofrecen excusas, son engañosos y no explican nada.