La vida es así

La vida es así ; seguimos, como dice el refrán, gordo, tonto y feliz, hasta que, de repente, no lo somos. Stan y Amy vivieron su vida, criando a sus dos hijos. Ambos trabajaron duro, ganando salarios decentes con beneficios decentes. Desafortunadamente para Stan y Amy, les gustaba gastar en cosas que querían; el ahorro no era divertido y además siempre había algo para comprar, unas vacaciones para disfrutar y no temían por sus trabajos. Se acostumbraron a llevar saldos en sus tarjetas de crédito, pagándolos, pero no cancelando, con bonos y reembolsos de impuestos. Se confundieron, hasta que la universidad golpeó a su hijo mayor. Como no habían acumulado lo suficiente como para amortiguar los costos universitarios, se vieron obligados a pedir prestado los fondos para pagar los costos. El problema empeoró cuando, dos años después, su segundo hijo llegó a la edad universitaria.

La vida es así ; hacemos lo que sentimos que tenemos que hacer hoy. Avance rápido de seis años, su deuda ahora es préstamos universitarios, más tarjetas de crédito que están cerca del máximo, una hipoteca de la casa y un HELOC. Stan ahora tiene sesenta años y Amy, cincuenta y seis y ninguno está feliz. La idea de la jubilación es tan lejana como la luna; sin embargo, hay rumores de cambios en el empleador de Stan. No se ve un futuro feliz porque su actual vida financiera es tan terrible.

La vida es así ; a menos que ejerzamos el autocontrol necesario para tomar decisiones financieras sensatas hoy, de modo que tengamos cierto nivel de control en el futuro. Las decisiones sobre la jubilación, el estilo de vida y los valores pertenecen y son operados por nosotros; en lugar de las circunstancias que permitimos que suceda. Nuestros comportamientos en el día a día son nuestros propios. Si elegimos ignorar la verdad, viviendo en un estado de negación, al final pagaremos el precio. Para Stan y Amy, el precio de una vida de malas decisiones los ha dejado sintiéndose presionados, avergonzados y en pánico.

La vida es así . Tomamos decisiones y vivimos con las consecuencias. Algunos han aprendido, desde una edad temprana, a vivir con equilibrio: primero salven, gasten el segundo. Algunos han aprendido la lección después de sufrir las consecuencias de malas decisiones. Otros, como Stan y Amy han vivido con su elección de gratificación inmediata en lugar de satisfacer sus necesidades y deseos futuros. Cuando finalmente conocí a Stan y Amy, era obvio que nunca hablaban de dinero, nunca hablaban sobre el futuro, nunca compartían sus valores. Cuando les pregunté qué podría haberles impedido una relación más profunda y una vida monetaria más informada, todo lo que pudieron decir fue: "La vida es así ".