Matrimonios interraciales: lo que ha cambiado (y lo que no ha cambiado)

Cuando se trata de encontrar, elegir y casarse con su pareja para siempre, tener la misma raza y etnia parece ser menos preocupante hoy en día que en las generaciones anteriores.

El Centro de Investigación Pew publicó un nuevo análisis de los datos de la Oficina del Censo de EE. UU. 2011-2015 que sugiere que el 17% de los nuevos matrimonios en estos días se encuentran entre personas de diferentes razas o etnias. Eso es aproximadamente una de cada seis parejas. Estos nuevos datos revelan un aumento de más de cinco veces en la tasa de matrimonios mixtos desde la segunda mitad del siglo XX.

¿Por qué el aumento? Las tasas actuales de matrimonios mixtos están relacionadas con un cambio en las regulaciones en 1967 que ha ayudado a cambiar las normas sociales, lo que subraya la importancia de la política institucional para afectar el cambio social y demográfico. En 1967, cuando aproximadamente el 3% de los matrimonios eran interraciales, la Corte Suprema dictaminó en un caso histórico de derechos civiles, Loving vs. Virginia, que las personas podían casarse legalmente en todos los estados, independientemente de su raza u origen étnico. Desde entonces, se ha observado un aumento constante de los matrimonios interraciales, aunque las tasas actuales varían considerablemente según la región geográfica.

Ciertas áreas del país, incluyendo Hawai (42%), Fayetteville, Carolina del Norte (30%) y áreas de California y Florida (29%) tienen tasas más altas de matrimonio interracial, mientras que otras áreas del país, como Jackson , Mississippi y Asheville, Carolina del Norte tienen tasas de matrimonios mixtos similares a las tasas que eran más comunes en los años 60 (3%). Además, los habitantes de las ciudades son más propensos a casarse en todas las razas (18%) en comparación con las personas que viven en las zonas menos urbanas (11%).

Un análisis de los matrimonios mixtos, que consideran solo ciertas razas (asiática, negra, hispana y blanca), muestra que el 42% de las parejas casadas incluyen un compañero hispano y un compañero blanco. Los matrimonios asiático-blancos también fueron bastante comunes (15%). También surgieron diferencias de género: por ejemplo, los hombres negros tenían más probabilidades de casarse que las mujeres negras.

Estos análisis son importantes dada la creciente diversidad de los Estados Unidos, sin embargo, no sugieren que los matrimonios interraciales ocurran dentro de contextos de apoyo total y sin resistencia familiar o social. Por un lado, las actitudes de los estadounidenses hacia los matrimonios interraciales parecen favorables: solo el 11% de los estadounidenses declaran desaprobar el matrimonio interracial, según datos de Pew Research de 2012. Sin embargo, recientes investigaciones experimentales sugieren que las actitudes explícitas hacia las parejas interraciales no siempre se reflejan en actitudes implícitas. Skinner y Hudac (2017) demostraron que las parejas interraciales aún provocan fuertes reacciones negativas implícitas. Su trabajo empleó múltiples métodos (incluidas las respuestas fisiológicas y neuronales y las tareas de asociación implícitas) y su conclusión, que en promedio, los estadounidenses tienen reacciones afectivas negativas hacia las parejas interraciales, justifica una preocupación considerable.