¿Miente acerca de cuánto cuestan las cosas?

Lo mejor, según algunas mitologías femeninas, es guardarse algo para usted mismo.

Tal vez conoces historias de mujeres que, aunque dependían económicamente de sus maridos, sin embargo ahorraron cientos, incluso miles de dólares, robando pequeñas sumas de dinero de su asignación habitual por los costos del hogar. Tuve una tía que podría haber comprado un Porsche con lo que logró "guardar". No veía esto como una trampa para su marido o su familia, pero en cambio lo consideró prudente. La hizo sentir segura; le hizo sentir que podía planificar una emergencia o un día lluvioso.

A veces, este paquete de información privada puede incluir los secretos serios de una aventura o una historia sexual no divulgada. Pero también puede abarcar secretos cotidianos, como no admitir exactamente cuánto costó realmente una compra, diciendo que estaba a la venta cuando no lo era, explicando que era un regalo cuando no lo era, o diciendo que un vestido había estado colgado en el armario durante meses en lugar de admitir que fue comprado ese día.

Algunas mujeres realizan movimientos similares en términos de sus vidas emocionales: mantener sentimientos de felicidad o tristeza, vergüenza o culpa, placer o alegría para sí mismos a fin de mantener algo alejado de sus maridos. Crean una versión de una IRA emocional; ellos creen que si su esposo no sabe todo sobre ellos, mejor para todos. Pusieron sus deseos y sueños genuinos en una forma de "auto-almacenamiento" para mantenerlos libres de la contaminación de lo cotidiano.

A menudo se les decía a las mujeres que evitaran la dependencia emocional ya que se asumía la dependencia financiera, por ejemplo. Podríamos retener algo para nosotros mismos a fin de retener una pequeña medida de autonomía, aunque nadie lo hubiera pensado en esos términos. Las mujeres encontraron formas, en muchos casos, de subvertir la autoridad que sentían que tenían que entregar a sus maridos. También les permitió una forma de respirar habitación. Y, quizás lo más importante, proporcionó aislamiento contra el dolor que alguien que amabas profundamente sería capaz de infligir.

Estas mentiras ofrecen a algunas mujeres una zona amortiguadora emocional de sus maridos que, a su vez, les ayuda a sentirse más en control de su relación. ¿Pero a qué precio?

La mujer que miente descifra la relación de cualquier cosa que ella sienta que no se perderá. Parece ser una jugadora de equipo al negarse a poner en común sus recursos emocionales u otros.

El peor peligro es este: ella confunde su detención con la independencia genuina. Sin embargo, tal patrón de engaños menores ofrece solo un método peligroso para asegurar una forma falsa de independencia.