Psicoanálisis hoy

Bill Lewis/ Wikimedia Commons
El sueño en el huerto, pintura acrílica sobre lienzo, artista Bill Lewis, 2011
Fuente: Bill Lewis / Wikimedia Commons

Las experiencias de la infancia y los conflictos inconscientes que surgen de ellas son el foco de la terapia psicoanalítica. Es a través de la dinámica de transferencia y contratransferencia que estas experiencias infantiles, el dolor y el placer de ellas, salen a la luz dentro de esta relación terapéutica.

La transferencia es la inversión emocional y erótica del paciente en el analista; la contratransferencia es la inversión correspondiente del analista en el paciente. En este intercambio, este campo de sentimientos mutuamente compartido, se crea una nueva experiencia de relación humana para el paciente. Ayudado por la perspectiva del analista, el analizando puede revivir su pasado con una comprensión mejorada y, por lo tanto, volverse más libre de él.

La relación debería, en esencia, ser una alianza de confianza. Pero los momentos de desconfianza, si se traducen en palabras, también pueden ser útiles, iluminando cómo la historia del paciente constriñe sus relaciones en el presente. La asociación libre, los sueños, la fantasía y los deslizamientos de lengua son todas pistas sobre las formas en que nos movemos en el mundo a través de fuerzas inconscientes. Si bien estos signos reveladores son interpretados por el analista, el paciente sigue siendo el máximo juez de la precisión de la interpretación y el árbitro de su propia verdad viviente.

De manera óptima, el analista es capaz de observar sus propias asociaciones y respuestas emocionales de manera desapegada durante las sesiones, como si viese sus propios pensamientos flotando en una corriente. La atención a esta ensoñación interna durante el trabajo clínico es una fuente rica de comprensión del paciente, de hacer interpretaciones perspicaces y de aportar un conocimiento valioso a los hábitos de intimidad del paciente y su forma de relacionarse con los demás.

Merece la pena mencionar algunos de los cambios que la profesión ha experimentado desde Freud a pesar de que sus conceptos básicos perduran. La comprensión del género ha cambiado drásticamente desde los tiempos de la Europa victoriana: ambos sexos, hombres y mujeres, tienen impulsos activos y pasivos. La fase preedípica entre la madre y el niño ha asumido un papel más destacado de investigación en la investigación y en la práctica clínica, prestándose atención merecida a la importancia de este primer vínculo interpersonal. Con suerte, la alimentación materna del niño tiene varias dimensiones; es a la vez una alimentación literal y una emocional. En otras palabras, no es solo la leche que recibe el bebé, sino también el cuidado amoroso, la dulzura. ¿Alguna vez has visto a un bebé tratando de alimentar a su madre? Los humanos tienen un deseo innato de devolver por el amor que han recibido. Esta es una compulsión de repetición afortunada. Tenemos un instinto de afecto que nos lleva a identificarnos con el nurturer, así como también con el agresor.

No estoy de acuerdo con la suposición, sostenida por muchos, de que el tratamiento psicoanalítico requiere un costo exorbitante. Mi último analista me dijo una vez que esta es la mayor resistencia al crecimiento emocional. Muchos institutos de capacitación en todo el mundo tienen escalas móviles y analistas o candidatos dedicados a la salud mental.

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Una versión de este artículo aparece en el Journal of Psychiatry Open Access.

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