¿Un avance para el síndrome de piernas inquietas?

Para los millones que sufren del Síndrome de Piernas Inquietas, dormir puede ser extremadamente difícil e interrumpido. El SPI es un trastorno neurológico y un trastorno del sueño, una afección que causa hormigueo, espasmos y sensaciones de "escalofrío" en las piernas. Estas sensaciones incómodas provocan una necesidad a menudo urgente de mover las piernas. Los síntomas del SPI se sienten con mayor frecuencia cuando una persona permanece tendida inmóvil durante un período de tiempo, y con frecuencia se experimentan antes de acostarse. Las personas con SPI comúnmente experimentan síntomas de insomnio: dificultad para conciliar el sueño y permanecer dormido. Los medicamentos para el SPI pueden ser exitosos para aliviar las sensaciones de espasmos y hormigueo en la parte inferior del cuerpo, pero muy a menudo los síntomas de insomnio persisten, dejando a las personas con RLS lidiar con problemas crónicos del sueño incluso después de que los otros síntomas del SPI hayan desaparecido.

Este es solo uno de los aspectos desconcertantes de RLS, una condición que ha demostrado ser misteriosa y difícil de entender, diagnosticar y tratar. Sin embargo, una nueva investigación puede haber producido un avance importante en nuestra comprensión de cómo funciona el RLS en el cuerpo, y por qué los problemas para dormir pueden persistir persistentemente incluso después de un tratamiento exitoso para el hormigueo y las piernas crispadas.

Investigadores de la Facultad de Medicina de la Universidad Johns Hopkins investigaron la relación entre la química cerebral y el sueño entre pacientes con RLS. Descubrieron niveles anormalmente altos de un químico cerebral involucrado en la estimulación de la excitación. El glutamato químico cerebral es un neurotransmisor importante que despierta tanto el cerebro como el sistema nervioso central. Los investigadores encontraron niveles elevados de glutamato presentes en los cerebros de pacientes con RLS. Los niveles anormales de glutamato pueden ayudar a explicar por qué los pacientes con SPI siguen teniendo problemas para dormir, incluso después de que otros medicamentos hayan calmado las sensaciones disruptivas en sus piernas.

Los investigadores evaluaron a 48 adultos, incluidos 28 pacientes con SPI y 20 sujetos sin la afección. Las personas con SPI habían experimentado síntomas de la enfermedad durante al menos 6 meses, en 6 o 7 noches por semana. Los investigadores primero midieron los niveles de glutamato en el cerebro usando MRI. Luego pasaron dos días midiendo el sueño de los participantes. Encontraron niveles significativamente más altos de glutamato en pacientes con SPI que en aquellos sin esta afección. Entre los pacientes con SPI en el estudio, aquellos con niveles más altos de glutamato experimentaron un sueño más gravemente perturbado.

Este fue un estudio pequeño, y necesitaremos realizar una investigación de seguimiento a mayor escala para confirmar y establecer aún más el papel del glutamato en el SPI. Pero estos hallazgos podrían representar un avance importante en nuestra comprensión del SPI. Además, esta nueva información podría provocar cambios significativos en el tratamiento de la afección.

La investigación y el tratamiento previos para el SPI se han centrado en otro de los neurotransmisores del cerebro: la dopamina. La dopamina juega un papel importante en la actividad muscular y el movimiento del cuerpo, y la deficiencia de dopamina puede provocar un movimiento muscular involuntario. Varios tratamientos farmacológicos para el SPI implican elevar los niveles de dopamina, para calmar las punzadas involuntarias y los deseos intensos de mover las piernas. Pero estos medicamentos no han tenido éxito en mejorar el sueño de los pacientes con SPI.

Esta nueva investigación puede entregar una información importante para el rompecabezas del sueño RLS. Los niveles altos de glutamato en pacientes con SPI pueden evitar que estos pacientes duerman bien, un problema que actualmente no está siendo abordado por la variedad de medicamentos relacionados con la dopamina que se utilizan para tratar otros síntomas de la afección.

Hasta el 10% de los adultos en los Estados Unidos sufren de SPI, de acuerdo con la National Sleep Foundation. El SPI es una condición que muy a menudo no se diagnostica o se diagnostica erróneamente. El SPI a menudo se puede diagnosticar erróneamente como otro trastorno del sueño u otro trastorno neurológico, un trastorno muscular. La depresión es otro diagnóstico erróneo común para RLS. La investigación muestra una fuerte asociación entre la depresión y el SPI. Las personas con SPI parecen estar en un riesgo significativamente elevado de depresión. El mal sueño experimentado por tantos pacientes con SPI puede jugar un papel en su mayor riesgo de depresión. Además de los problemas crónicos del sueño y la depresión, los pacientes con SPI también parecen tener un riesgo elevado de sufrir otros problemas de salud graves, como hipertensión y enfermedad coronaria. Se desconoce la causa del SPI, pero la condición se presenta en familias, y las investigaciones recientes han demostrado evidencia de un vínculo genético.

Esta última investigación es un gran avance, con el potencial de transformar nuestra comprensión del RLS. Aún quedan muchos pasos por seguir y preguntas que explorar y responder antes de saber qué cambios se pueden hacer mejor en la forma en que tratamos el SPI. Pero debido a una condición que a menudo ha confundido a los expertos y ha causado tal incomodidad, interrupción e insomnio a tantos pacientes, este estudio trae noticias bienvenidas y alentadoras.

Dulces sueños,

Michael J. Breus, PhD

El Sleep Doctor ®

www.thesleepdoctor.com