5 maneras de hacer que las emociones negativas funcionen para ti

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Fuente: wrangler / Shutterstock

Recientemente, llegué a la conclusión de que me había quedado estancado. Desde el momento de mi autodiagnóstico, me he estado preguntando por qué dejo que mis sentimientos negativos persistan.

Cuando obtienes una astilla en tu pie, detienes lo que estás haciendo y conviertes tus recursos mentales y físicos para eliminar esa astilla. (Personalmente, he abordado astillas con la dedicación de un científico loco, decidido a solucionar el problema, sin importar cuánto tiempo haya tardado y qué tan bruto haya hecho que mi pie se vea). Sin embargo, había un dolor emocional que me apuñalaba todos los días y lo hice poco más que quejarse.

¿Por qué la gente acepta sus astillas psicológicas?

Creo que la respuesta radica en la eficiencia de nuestros mecanismos de afrontamiento. Nos volvemos tan buenos para adormecer nuestras emociones negativas que perdemos la motivación para eliminar el problema subyacente. Además, nuestros cerebros son muy buenos para habituarse o gradualmente ignoran los estímulos familiares, incluso si son aversivos. Con un lento deslizamiento en la rutina, no hay una repentina punzada de dolor, por lo que este estado insalubre e incumplido comienza a sentirse normal.

Para salir de la rutina, debemos dejar de protegernos del verdadero dolor incrustado debajo de la superficie. Tenemos que redescubrir la frescura y la vitalidad de nuestra incomodidad para que nos empuje hacia la recuperación.

Aquí hay 5 formas de ponerse en contacto con sus emociones negativas y ponerlas a trabajar para usted:

1. Haz una limpieza entumecedora.

Durante una semana consecutiva, deja de poner Band-Aids en tus emociones. No mires televisión No escuches musica No consuma drogas o alcohol. No llame a sus amigos alegres para hablar sobre cosas alegres. No comas azúcar Cree un espacio silencioso y vacío para descubrir lo que realmente piensa y cómo se siente.

2. Programe una fecha de dolor.

A menudo callamos nuestros sentimientos porque parecen interferir con nuestros planes. Pase algún tiempo de calidad con sus emociones negativas y sin distracciones o restricciones de tiempo. Escuche sus peores sentimientos con paciencia y asombro, y sin interrumpir o tratar de disminuir su dolor. No será la cita más romántica que tengas, pero podría ser la más significativa.

3. Examínelo todo de una vez.

Cuando discutimos nuestro dolor, tendemos a compartir la versión de Cliffs Notes y simplemente escatimamos en la superficie de nuestra experiencia. O nos obsesionamos con solo un aspecto de nuestros sentimientos, viviendo en un recuerdo o evento. Por el contrario, mi recuperación rutinaria comenzó cuando mi querida amiga y colega, Roi Ben-Yehuda, me retó a seguir hablando (y hablando) incluso cuando me retorcía y me resistía. Hizo preguntas que me obligaron a mirar todas las facetas de mi rutina, todo en una conversación (larga e incómoda).

Este enfoque persistente y holístico me recuerda la regla tremendamente eficaz de Marie Kondo de ordenar tu espacio vital. Ella dice que la única manera real de limpiar es "todo en uno" en lugar de ir deshaciendo el desastre poco a poco. Cuando expones todos tus problemas a la vez, puedes ver cómo se afectan unos a otros y detectar los que ya no merecen un espacio en tu "armario" emocional.

4. Encuentra la otra cara.

Nuestras emociones negativas son maravillosas al decirnos lo que no queremos. Pero con un poco de aliento, también pueden revelar lo que más   querer y necesitar Entonces, si no quieres sentir algo, redirige suavemente tu atención y pregúntate a ti mismo qué es lo que quieres.

Por ejemplo:

  • La tristeza se desencadena por la pérdida. Para comprender tus sentimientos de tristeza, pregúntate a ti mismo: "¿Qué deseo desearía tener?" O "Si pudiera recuperar algo, ¿cuál sería?" O "¿Qué es lo más valioso para mí?"
  • El estrés se desencadena por la percepción de que no tenemos los recursos (por ejemplo, tiempo, dinero, capacidad) para lograr nuestro objetivo. Para comprender su estrés, pregúntese: "¿Qué es importante para mí lograr y por qué?" O "¿Qué me hará sentir más capaz de lograrlo?"
  • El miedo se desencadena por una pérdida de seguridad. Para comprender los sentimientos de miedo, pregúntese: "¿De qué quiero que me protejan?" O "¿Qué me haría sentir más seguro?"

5. Di gracias .

Puede sonar extraño, pero apreciar tus emociones negativas hace que sea más fácil soltarlas. Diga "gracias" a su dolor por tratar tan duro de protegerlo. Al igual que las personas, una vez que su dolor se siente escuchado y apreciado, es menos probable que siga hablando.

A pesar de nuestra comprensible preferencia por vivir vidas libres de dolor, debemos reconocer que el dolor es uno de nuestros mejores maestros. Solo piense en el peligro de la insensibilidad congénita al dolor, una condición en la que las personas no sienten dolor físico. Suena como un sueño hecho realidad hasta que te das cuenta de que no tener conciencia del dolor te lleva a lesiones como heridas, hematomas, quemaduras y mordidas en trozos de tu lengua. Cuando escuchamos nuestro dolor, descubrimos lo que falta y podemos tomar medidas para alimentar nuestras necesidades más profundas y más silenciosas.