5 secretos de gratitud para una Navidad tranquila y feliz

Vivir en tu cerebro superior te ayuda a pensar en soluciones creativas para los problemas.

La Navidad y la gratitud van de la mano cuando hacemos una pausa y reflexionamos sobre nuestras vidas durante el año pasado, especialmente si hay un nuevo bebé en camino (¡o aquí!).

Pero la gratitud es mucho más que un sentimiento cálido de vacaciones. Aquí hay cinco secretos de gratitud para una Navidad tranquila y feliz que debes saber.

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1. Gratitud: Todos lo tenemos.

Cada uno de nosotros tiene gratitud. Todos tenemos momentos en los que hemos estado agradecidos por un regalo, una palabra conmovedora, una amistad o una experiencia especial. Y, cuando la vida es dura, estamos agradecidos por los días en que es menos difícil. O, cuando alguien nos mostró un poco de amabilidad cuando más lo necesitábamos.

2. Ciencia de la gratitud

La ciencia de la gratitud (sí, ¡existe tal cosa!) Nos dice que cuando las personas ejercen la gratitud, la fisiología de su cuerpo cambia. Por ejemplo, los estudios que han usado imágenes de resonancia magnética para estudiar el cerebro mientras las personas piensan que los pensamientos de gratitud tienen cerebros más tranquilos y tranquilos en las regiones que controlan el estrés y detectan amenazas, mejor regulación emocional y menores frecuencias cardíacas. Tienen mejor bienestar emocional. Son psicológicamente más sanos .

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3. La gratitud: un comportamiento

La gratitud es un comportamiento. Y cualquier cosa que sea un comportamiento puede convertirse en un patrón. Un hábito. Un ritual. Puede terminar siendo un hábito externo, como escribir las cosas por las que estás agradecido en un diario. Pero, comienza como una disciplina interna cuando eliges tu patrón de pensamiento.

La gratitud comienza en el cerebro. Es un poco como una bifurcación en la carretera cuando tienes la opción de ir hacia la izquierda o hacia la derecha, con cada ruta que te lleva a un lugar diferente. Ejercita gratitud cuando decide pensar en el bien que puede surgir de una situación en lugar de detenerse en el lado negativo.

4. Gratitud: vida del cerebro superior

Cuando toma la decisión de pensar en el lado positivo de una situación, mantiene su actividad cerebral en la parte superior del cerebro, en la corteza, en lugar de hacerlo en la parte inferior de su cerebro, que está dominada por el miedo y la amenaza. Ha tomado el tenedor “cerebro superior” en lugar del tenedor “cerebro inferior”. Cuando vives en tu cerebro superior, puedes pensar en soluciones creativas a los problemas. Cuando vives en la parte inferior de tu cerebro, estás limitado por dos opciones: los extremos, ambos dominados por el miedo. Y, al encender su cerebro inferior, se activa la liberación de una hormona del estrés por parte del cuerpo. En lugar de pensar claramente sobre una situación, quiere huir o se siente inmovilizado e incapaz de hacer algo al respecto, y se siente tenso e irritable.

Vivir en la parte superior del cerebro no significa que ignores la realidad de las situaciones o que la vida no sea un desafío. Significa que eliges controlar tus propias reacciones. Stephen Covey dijo que entre cada situación y nuestra respuesta había un espacio en el que podíamos elegir cómo responder.

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La gratitud es una estrategia que puede ayudarte a vivir en tu cerebro superior. Cuando eliges estar agradecido por una situación o una persona en tu vida, elevas tu pensamiento a tu cerebro superior. La primera vez que lo hagas puede llevar mucho esfuerzo. La próxima vez toma menos esfuerzo. Y la próxima vez, menos esfuerzo todavía. Sin embargo, siempre requerirá un poco de esfuerzo, y eso tiene que ver con que nuestro cerebro esté naturalmente más centrado en lo negativo.

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5. La gratitud diaria: una fuerza emocional.

Cuando ejercitas la gratitud, construyes fuerza emocional. Desarrollas resiliencia. Mejora tu habilidad para manejar situaciones difíciles cuando surgen. Como un bombero, necesitas estas habilidades y hábitos antes de que comience el fuego. No puedes construirlos cuando intentas combatir el fuego.

Aquí hay 4 formas en que puedes practicar el comportamiento de gratitud:

1-Mientras caminas (¡o te secas el cabello!), Usa ese tiempo para pensar en las cosas por las que estás agradecido ese día.

2-Escribe una lista de lo que estás agradecido en una revista.

3-Inserta declaraciones de gratitud en tus conversaciones (estoy realmente agradecido de que… ..).

4-Elige el tenedor de gratitud en tus patrones de pensamiento.

Esta Navidad, te invito a vivir en tu cerebro superior. Elige la gratitud sobre la negatividad. Esté agradecido en lugar de centrarse en los aspectos desafiantes y negativos de una situación. Tienes la oportunidad de elegir.

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