Nuestras identidades influyen en los grupos sociales a los que pertenecemos; por ejemplo, un individuo que se autoidentifica como latino puede estar inclinado a unirse a otros que comparten la misma identidad o experiencias de vida. Las identidades pueden dar forma si pertenecemos al grupo externo versus al grupo interno. Por ejemplo, la construcción de identidades raciales tuvo como objetivo organizar a personas de todo el mundo en varios grupos como Negroid, Mongoloid y Caucasoid. Organizar grupos de personas en una jerarquía social de seres humanos tenía como objetivo promover la superioridad racial de los considerados caucasoides y la inferioridad racial de otros grupos, creando una dinámica fuera del grupo frente al grupo. En consecuencia, esto influyó en la organización de las personas y los privilegios asociados en los Estados Unidos, así como en lugares como Sudáfrica, Brasil, etc. a través de actos políticos como Jim Crow, Apartheid e Hispanización.
Este proceso de agrupación y los privilegios asociados son evidentes en numerosos ámbitos de nuestra vida social en los Estados Unidos, incluido el sistema de educación pública. Considera cómo la composición racial de una escuela puede influir:
Podemos argumentar que los jóvenes afroamericanos y latinos se encuentran con la alienación cultural y social cuando ingresan al sistema de educación pública (Christian, 2014; Nieto, 2000). La alienación refleja muchos aspectos de su experiencia vivida y puede traducirse en pensar y sentir como si no pertenecieran y su eliminación física completa del entorno escolar. Mau (1992) proporciona una perspectiva multidimensional de la alienación:
La alienación puede tener efectos adversos en los jóvenes y provocar una sensación de desconexión de la escuela (Brown et al., 2003). Los jóvenes que no ven la escuela como un espacio inclusivo comenzarán a retirarse y desvincularse de las actividades escolares. Además, los estudiantes que se sienten alienados también son más propensos a desarrollar síntomas depresivos (Seaton, 2009).
Debemos encontrar formas de rediseñar nuestro currículo y clima escolar de manera que infundan las experiencias culturales de los jóvenes. Los maestros pueden trabajar para promover un ambiente inclusivo en las escuelas al capacitar a los estudiantes racialmente diversos dentro del aula y valorar su genio. Tenemos que trabajar con adultos para reconocer el genio en los jóvenes y validarlo. Los estudiantes que sienten un sentido de pertenencia y valoran el entorno escolar tienen más probabilidades de mostrar un mayor nivel de compromiso académico y social (Thompson y Gregory, 2011). La disminución de la alienación en la escuela puede servir como una vía para disminuir la inequidad educativa en el sistema de educación pública. Si bien este es un enfoque, es necesario que ocurran cambios serios en nuestras políticas y prácticas en el sistema de educación pública. Soy bienvenido a un diálogo abierto sobre eso.
Si está interesado en aprender más sobre la historia de la raza, consulte el libro The Concept of Race (Montagu, 1964).
Esta publicación fue en colaboración con Christen Edwards, un ex asistente de investigación en el laboratorio de investigación de Equidad Colectiva y Educación (CHEER), y estudiante graduado en la Universidad de Virginia.