Cómo honrar sus energías en el año por venir

No vayas contra el grano.

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Fuente: foto de Diane Dreher

Nogal, cerezo, pino y roble: el grano de madera en nuestros muebles refleja la vida interior de los árboles a medida que crecían. Al igual que nuestras huellas dactilares, cada patrón es diferente, lo que refleja los años, las diferencias en las especies, el clima y la experiencia única de cada árbol.

Al igual que los árboles, nosotros también tenemos nuestros patrones internos, que reflejan nuestras fortalezas, experiencias y energías individuales. Nadie es mejor o peor, simplemente diferente. Algunos son extrovertidos, otros introvertidos, con nuestras energías restauradas por compañerismo o contemplación. Tenemos nuestros propios ritmos circadianos, algunos temprano, otros tarde. Algunos de nosotros somos gente de la mañana y nos levantamos al amanecer. Otros despiertan más tarde y aman las horas silenciosas, iluminadas por las estrellas. Actividades que disfrutamos, otras encuentran experiencias aburridas y que abarcan, que solo nos agotan.

Vivir de una manera que sea honesta con nosotros mismos, fiel a nuestros propios sentimientos, es lo que el psicólogo Carl Rogers llamó ser “congruente”, un signo de salud emocional (Rogers, 1957; véase también Kahn, 1985). Continuamente negando nuestros sentimientos, forzándonos a relacionarnos con algo o con alguien por culpa u obligación es ser incongruente, yendo contra la corriente. Y nos cuesta producir conflictos internos, resentimientos subyacentes, entumecimiento emocional y estrés crónico que apaga nuestro sistema inmunológico (ver Sapolsky, 2004).

En esta época del año, cuando muchos de nosotros contemplamos las metas e intenciones de nuestro año nuevo, ¿hay algún aspecto de su vida en el que haya estado yendo a contracorriente? Si es así, ¿cómo puedes ser más congruente, honrando tus energías en el próximo año?

Referencias

Kahn, E. (1985). Heinz Kohut y Carl Rogers: una comparación oportuna. American Psychologist, 40, 893-904.

Rogers, C. R (1957). Al convertirse en una persona. Boston: Houghton Mifflin.

Sapolsky, R. (2004). Por qué las cebras no tienen úlceras. Nueva York, NY: Henry Holt.