Irracionalidad es la mano invisible real

Adam Smith acuñó por primera vez el término "La Mano Invisible" en su importante libro "La riqueza de las naciones". Con este término estaba tratando de capturar la idea de que el mercado se autorregularía. El principio básico de la mano invisible es que, aunque no seamos conscientes de ello, una mano invisible nos empuja constantemente a actuar de acuerdo con lo que es mejor para toda la economía. Esto significa que cuando existe esta mano invisible, cuando todos perseguimos nuestro propio interés, terminamos promoviendo el bien público, y con frecuencia de manera más efectiva que si hubiéramos tenido la intención directa y directa de hacerlo. Esta es una idea hermosa, pero la pregunta, por supuesto, es cuán cerca representa la realidad.

En 2008, un terremoto masivo redujo el mundo financiero a escombros. De pie en el humo y la ceniza, Alan Greenspan, el ex presidente del Banco de la Reserva Federal una vez aclamado como "el mejor banquero que haya existido", confesó al Congreso que estaba "conmocionado" de que los mercados no funcionaran de acuerdo con sus expectativas de por vida . Él había "cometido un error al suponer que el interés propio de las organizaciones, específicamente los bancos y otros, era tal que eran más capaces de proteger a sus propios accionistas".

Ahora estamos pagando un precio terrible por nuestra fe incansable en el poder de la mano invisible.

En mi opinión, esta experiencia nos ha enseñado que la versión de la mano invisible de Adam Smith no existe, pero que una versión diferente de la mano invisible es muy real, muy activa y muy peligrosa si no aprendemos a reconocerla . Quizás una descripción más precisa de la mano invisible es que representa la irracionalidad humana. En términos de irracionalidad, la mano que guía nuestro comportamiento es claramente invisible, después de que todos los eventos recientes han demostrado que estamos ciegos en gran medida a las formas en que la racionalidad juega en nuestras vidas y nuestras instituciones. Además, también está claro que la irracionalidad forma nuestro comportamiento de muchas maneras, empujarnos y empujarnos a lo largo de un camino puede llevarnos a la destrucción. Ya sea que posterguemos nuestros chequeos médicos, dejemos que nuestras emociones se aprovechen de nosotros o dejando que los conflictos de intereses y el horizonte temporal a corto plazo arruinen el mercado financiero, la irracionalidad ciertamente está involucrada.

En el mundo de Adam Smith, la mano invisible era una fuerza maravillosa, y el hecho de que fuera invisible no suponía ninguna diferencia. La mano invisible e irracional es una historia completamente diferente: aquí debemos identificar las formas en que la irracionalidad nos engaña y hace visible la mano invisible.