¿Quién cuenta?

En su segundo discurso inaugural, el presidente Obama llamó la atención de los medios y despertó las esperanzas de los ambientalistas cuando dijo: "Responderemos a la amenaza del cambio climático, sabiendo que si no lo hacemos, traicionarán a nuestros hijos y las generaciones futuras".

Al hacer esta declaración, él nos desafía a considerar nuestras responsabilidades morales. Más particularmente, ¿para quién somos responsables? En otras palabras, ¿quién merece consideración moral?

Por lo general, esta es una pregunta que no tenemos que preguntar. Sabemos que estamos legal y legalmente obligados a cuidar a nuestros hijos y evitar dañar a otros en nuestro propio beneficio. Pero la cuestión de la "inclusión moral", lo que la psicóloga Susan Opotow ha descrito como la inclusión de otros dentro de nuestro "alcance de la justicia", se destaca cuando tenemos que reconsiderarla. ¿Tenemos la responsabilidad de cuidar a las generaciones futuras, o están solos? ¿Qué pasa con las entidades naturales: especies y ecosistemas? ¿Les debemos consideración? ¿Tienen derecho a sobrevivir?

Muchos consideran que la marcha del progreso humano se reflejará en un ámbito de justicia en expansión. Primero, incluimos solo a personas como nosotros; luego personas de otras etnias, nacionalidades o antecedentes religiosos; luego animales; cada vez más remoto en el espacio, la similitud y el tiempo. Por lo tanto, es apropiado que Obama usara el día de Martin Luther King para alentarnos a pensar de manera más amplia sobre la justicia para todos.

Los científicos naturales proporcionan cada vez más pruebas de que, con nuestras acciones de hoy, podemos influir en el bienestar de las generaciones en el futuro. ¿Hemos progresado lo suficiente como sociedad para considerar las obligaciones que conlleva? ¿O seguimos actuando como si las generaciones futuras no cuentan?