La alianza terapeuta-paciente

Cuando un psicoterapeuta y un paciente unen fuerzas, descubren el funcionamiento interno de la psique y un resultado final esperanzador del bienestar total. Aquí, una conversación con el psicólogo Robert Firestone, autor del reciente libro "Superar la voz interna destructiva: historias reales de terapia y transformación".

¿Qué te inspiró a escribir este libro de cuentos?

He escrito estos cuentos durante un largo período. Cada uno no solo me impresionó personalmente, sino que sentí que inspiraría a los demás. Siempre me gustaron los libros sobre psicoterapia, así que cuando adquirí suficientes historias quise contribuir con un libro sobre el tema.

¿Qué te llevó a convertirte en psicoterapeuta?

Mi padre era médico y desde que era un niño también quería ayudar a la gente de alguna manera. En la universidad, comencé como un estudiante de medicina pero cuando estaba expuesto a la psicología, estaba fascinado. Siempre busqué respuestas sobre el misterio de la vida y qué motivó el comportamiento humano. Más tarde, encontré la práctica de la psicoterapia más gratificante porque era un enfoque más amplio que estrecho: utilizaba todos mis recursos, mi conocimiento, mis emociones y mi intuición. Además fue muy gratificante ser útil para las personas que buscaron mis servicios.

¿Cómo caracterizarías la actitud terapéutica que el clínico idealmente tendría hacia un cliente?

Además de la capacitación y la experiencia, la actitud ideal del terapeuta hacia el cliente se describiría mejor con los siguientes adjetivos: cálido, compasivo, honesto, directo, interesado, inquisitivo, sin prejuicios, respetuoso y con sentimientos profundos. Habría un sentido de igualdad en el que ambas partes trabajan para desarrollar una comprensión más que una aplicación automática de la orientación teórica predeterminada del terapeuta.

En la última historia sobre RD Laing y el ser dividido, describes tu breve amistad con Laing. ¿Cómo impactó esta amistad en tu vida?

Conocí a un amigo, una persona que pensaba como yo y tenía el mismo sentimiento por la humanidad. Aunque crecimos a miles de kilómetros de distancia, tuve la sensación de que pensábamos y nos sentíamos más parecidos que cualquier otra persona que conociera. La experiencia de conocerlo tuvo un profundo impacto emocional. Sin una conciencia consciente directa, nuestra reunión fortaleció y apoyó mi sentido del yo en el sentido más básico.

¿Cómo quieres que tus lectores se beneficien al leer este libro?

Me gustaría que mis lectores tengan una idea de la relación muy personal entre el cliente y el terapeuta, las luchas y el desarrollo personal de ambas partes. Me gustaría que aprecien el valor del encuentro psicoterapéutico y que se den cuenta de su potencial para el crecimiento personal. Me gustaría que desarrollen un sentimiento de compasión por los que sufren y por ellos mismos también. Por último, me gustaría que se entretengan y disfruten las historias por derecho propio.