La Biblia y la Psicología – El Sudor de Adán

¿Por qué el materialista ateo llegó a tener la mayor parte de la diversión temprana con los temas antiguos y la psicología? Siempre tendré una deuda de iniciativa con Sigmund Freud por haber fundado Psicología. Sin embargo, creo que hay mejoras que hacer en su profunda excavación hecha con tal tristeza y mirada fija. El comentario de William James sobre Freud, que era un hombre de "ideas fijas", se alinea con mi opinión sobre el lecho de roca freudiano originario para nuestra disciplina. En cierto sentido, él es el "Adán", o su propia "figura mítica" en nuestra disciplina. Como tal, otros deben interactuar con, aprender de y aceptar o rechazar los temas y enfoques que promovió. El Primero siempre obtiene más crédito, incluso por estar equivocado. Esto me lleva desde el Adán de la Psicología hasta el Adán Bíblico como un retrato psicológico de un "primero". En particular, esta serie de ocho partes se centrará en la penitencia y la virtud de ocho hombres en la Biblia, los que conducen a Cristo.

Adán fue el primero, pero esto fue porque Dios lo creó. Adam no ganó una carrera, ni logró nada, ni superó a otros. Simplemente fue el prototipo de lo mejor de Dios: los seres humanos. Eso es algo difícil, una gran responsabilidad. También es algo hermoso. Si vas a ser el primero de los mejores, podrías pensar que lo tienes hecho. Sin embargo, los problemas pueden estar almacenados si descansas en tus laureles desnudos.

El pecado de Adán fue comer del Árbol del Conocimiento del Bien y del Mal. Se ha derramado tanta tinta interpretando esto, que tampoco desperdiciaré ningún semiconductor de electrones. Sin embargo, me centraré en la penitencia que Dios asigna a Adán como consecuencia de su pecado: "maldito es el suelo por causa de ti, (…) con el sudor de tu frente ganarás tu pan de cada día" (Génesis capítulo 3). La maldición en este caso no es solo un castigo, también es una receta para la curación. Todo buen castigo es algo destinado a corregir una mala disposición o comportamiento y alentar a los buenos. En el caso de Adam, su penitencia fue perder el Jardín del Edén, donde se proporcionaban todas sus necesidades, y en su lugar, trabajar duro en el gran mundo abierto, donde la falta de trabajo y sudor llevaría al hambre y la muerte. De hecho, aprendió el conocimiento del bien y del mal, y fue algo bastante amargo. Los padres de todas partes intentan proteger a sus hijos de tener que crecer demasiado rápido por esta misma razón.

La lección de psicología es: si quieres estar a cargo de tu propia vida (dices lo que es bueno y lo que es malo), tienes que trabajar duro para ello, tienes que ponerte a sudar. En el camino hacia la redención, el sudor de Adán le enseñó humildad y sentó las bases para que sus descendientes volvieran a Dios.